Sofás y asientos de terciopelo
La fascinación que ejerce el terciopelo al tacto y a la vista viene de lejos. No hay unanimidad sobre su origen: unos dicen que procede de la India o de Iraq, otros del Lejano Oriente y otros afirman que un tejido similar ya lo utilizaban en la época de los faraones egipcios hace 3000 años. Lo que sí es seguro es que es un tejido antiquísimo y que, desde sus orígenes, ha sido signo de riqueza y distinción, ya que el proceso de fabricación es complejo y costoso. Hoy en día, afortunadamente, muchas firmas lo fabrican, y si bien no es precisamente barato, sí podemos decir que es más asequible.
Precisamente, la firma Alhambra, distribuida por Lizzo/Pepe Peñalver acaba de lanzar la colección Jimena, compuesta por 47 colores de tacto sedoso, de la que hemos tomado prestadas estas fotos que nos demuestran que el terciopelo encaja en cualquier interiorismo.
Un poco de historia...
A pesar de su origen incierto, lo que no cabe duda es que en Europa los grandes maestros del terciopelo fueron los italianos, que empezaron a fabricarlo en seda a partir del siglo XIV o XV. Florencia, Venecia. Milán y Génova fueron centros importantísimos de producción de terciopelo de seda, y mantuvieron la exclusividad hasta el siglo siglo XVIII, aunque después los flamencos también adquirieron una excelente reputación. La Iglesia y las Cortes europeas fueron los grandes destinatarios de la producción de terciopelo de seda, que solían además entretejer con hilos de oro. La Revolución Industrial hizo que el proceso de fabricación no fuese tan exclusivo, aunque se mantuvo como signo de elegancia, calidad y poder.
De qué está hecho
El terciopelo se fabrica a partir de diferentes bases. El original, de seda, es el más costoso y también hermoso: sus colores son vibrantes y su tacto muy suave. Pero también se pueden fabricar con otras bases: algodón, acetato, nylon, rayón, viscosa, o la mezcla de algunas de ellas. De ellos, el de algodón es más duradero, en tanto los sintéticos, como el rayón o el acetato, imitan muy bien el tacto de la seda, pero son más pesados y no tienen, por tanto, la misma caída.
Usos en decoración
Principalmente se utilizan para el tapizado de asientos, pero también en cortinas y entelados. Con las nuevas tecnologías y mezclas se han podido crear terciopelos repelentes, ignífugos o antimanchas, los que les hace especialmente aptos para el tapizado de sofás, sillas y butacas. La gran variedad de colores permite tener una muchas opciones decorativas, no solo en interiores clásicos o señoriales, sino también en estilismos modernos y desenfadados.
Para todos los estilos
Afortunadamente nos hemos quitado el miedo al terciopelo y ya no hacemos caso a ese estigma de que llevar una chaqueta o un traje de terciopelo es solo para vestirse de noche. Lo mismo en decoración: un asiento de terciopelo le dará un toque chic y muy contemporáneo a tu casa. Depende más del diseño del mueble que del tejido en sí mismo, que tienda hacia lo clásico o hacia lo moderno. El terciopelo encaja con todo.
El terciopelo está de moda
El redescubrimiento del Mid Century Modern y del maximalismo neobarroco, inspirado en Dorothy Parker, ha hecho que el terciopelo tenga un nuevo impulso en la decoración de interiores. Conjuga muy bien en espacios rompedores y eclécticos, con abundancia de elementos dorados, suelos geométricos de piedras o cerámicas que imitan mármol y con papeles pintados de inspiración exótica y tropicalista. Una lámpara tipo Sputnik completará el efecto WOW de la decoración.