Casita de madera prefabricada convertida en cabaña de vaciones
Puede parecer una idea muy loca: reciclar una casita de madera prefabricada en la cabaña de vacaciones de tus sueños. Pero para que veas que la gente consigue cosas aparentemente imposibles, hoy te enseñamos una casa de verano informal y encantadora que se realizó con un presupuesto muy ajustado. Una casa prefabricada de segunda mano –un verdadero cajón de madera pero sólido y bien construido– pasó a tener una segunda vida. La inversión más importante se realizó en los cerramientos e instalaciones: ventanas, saneamiento y electricidad. Lo demás es una combinación de reciclaje y buenas ideas.
En el dormitorio, la misma estructura de madera pintada de blanco crea el revestimiento rústico de las paredes. Luego, mobiliario aprovechado como las mesillas y una antigua cama pintada de blanco, ropa de cama fresca y moderna y algunos detalles decorativos escogidos: las lámparas de la mesilla se realizaron con linternas de bambú también pintadas de blanco y un antiguo esquí decorando la pared del cabecero.
El salón se amuebló con pocos elementos. Un sofá y sillones coloniales. Complementos exóticos, como el suzani turco sobre la chaise longue, pufs marroquíes de cuero, plaids de lana artesanales, cestos y una alfombra de piel de vaca, le dan la calidez justa para convertir la habitación principal en una confortable zona de familia.
La zona de comedor se amuebló con una vieja alacena recuperada y pintada en un gris mate. Alrededor de la mesa, una combinación de elementos bien diferentes y que se transportan a la zona al aire libre cuando se necesita: sillones de fibra y sillas pintadas de blanco, cojines de algodón de colores y un mantel colorista que cubre una vieja mesa también recuperada y pintada de blanco.
El baño adquirió un aire muy estiloso jugando con la paleta blanco-gris-amarillo. En lugar de ducha, se colocó una bañera antigua con patas cuyo casco se pintó con pintura gris grafito. El esquema decorativo se completó con detalles dorados como el espejo y algunos complementos en oro viejo y amarillo. Esta cabaña es un proyecto de la diseñadora canadiense Samantha Sacks. Fotografías: Stacey Bradford a través de Style at Home.