Una terraza urbana en la azotea

Las azoteas comunales de los edificios son espacios urbanos muy valiosos, que, por lo general, solo lo aprovechan los vecinos para tender la ropa. Pero esto puede cambiar si en las ciudades se tomara consciencia del valor de estos metros desperdiciados para convertirlos en jardines urbanos. Eso es lo que ha hecho el estudio de arquitectos Piuarch en la azotea del edificio donde tienen instaladas sus oficinas, en la milanesa calle Via Palermo 1. Su Kinetic Garden es un "jardín cinético" en homenaje al artista venezolano Carlos Cruz-Díez, quien siempre ha sido una referencia para Piuarch.

Piuarch ha colaborado con el paisajista Cornelius Gavril, quien utilizó flores y otras especies vegetales para crear un efecto de movimiento y dinamismo (de ahí, el nombre "jardín cinético"). En cada parterre floral se combinaron dos tipos de hojas verdes con pensamientos violetas y amarillos, organizados en franjas de diferentes largos, pero todo siguiendo un patrón cromático repetitivo. El efecto cromático se amplifica al utilizar unos ejes a lo largo de las franjas de colores que incrementa la sensación de profundidad.

Un concepto básico de este proyecto es la utilización de sistemas modulares con palés de madera que se ensamblan con facilidad, tienen muy bajo coste y, además, son estéticos y sostenibles. Los 300 metros de superficie de la azotea se revistieron con palés, que cumplen una doble función: como suelo y como contenedor de los parterres.

Este proyecto tiene como objetivo ser una referencia e inspiración para animar a utilizar áreas abandonadas o desaprovechadas en las grandes ciudades. Una magnífica iniciativa para exportar a cualquier urbe, como Madrid, donde abundan las terrazas y azoteas, que podrían utilizarse como pequeños pulmones urbanos en lugar de dejarlos languidecer a su suerte.