Un cabecero tapizado
Tengo amigas que viven sepultadas en el color negro. Sus parejas son fanáticos del color más elegante y sobrio en decoración y eligieron las piezas fetiche que tanto nos gustan a todos en ese color: la silla Barcelona; el sofá de Le Corbusier; la Chaise Longue de Eames... Pero, ¿y en el dormitorio? Instalar un cabecero en ese mismo tono puede llegar a ser excesivo. Algunas se quejan de que su habitación parece un hotel minimalista, todo en blanco y negro. Para ellas cuelgo esta foto que me parece muy inspiradora. El cabecero acolchado está tapizado en un lino gris grafito que recibe mucho mejor la luz que el negro total. La pared se pintó de un gris azulado muy claro, y tanto la mesilla como la lámpara son de líneas muy ligeras casi femeninas, diría yo. Y como complemento estrella, sobre la cama, una manta de mohair azul tinta que sigue la gama de los fríos grises y la levanta espectacularmente. Este post también está pensado para ellos (ya sabéis, Decoratrix también piensa en masculino) invitándolos a feminizar un poco el negro, que no pasa nada. Precios: lámpara de pie Louis Poulsen (628,75 €); espejo Reflection, de Porro (945 € en 90 x 230 x 35 cm); mesilla de noche, de Zanotta (917 € en 42 x 42 x 43 cm). Fotografía: Decoratrix.