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¿Qué tipo de suelo quieres para tu casa?

Publicado en Reformas - Suelos y paredes por Cova Pendones

Un tipo de suelo adecuado para el hogar es fundamental porque puede determinar el carácter, estilo y decoración de una vivienda. La cuestión es que existen tantas opciones en el mercado que resulta difícil de escoger el más apropiado, aún más si no se conocen las ventajas de cada material y sus diferencias. En teoría, cualquier material dispone de las características apropiadas para utilizarlo, tales como la funcionalidad, estética, dureza y durabilidad.

Pero no todos los tipos de suelos son asequibles ni de alta calidad, como los suelos de microcemento, por ejemplo. El microcemento tiene importantes ventajas, desde continuidad y resistencia en el tiempo hasta acabados perfectos con efecto antideslizante. Lo mejor es que es inalterable a los rayos UV y no se desgasta con los productos de limpieza ni la abrasión.

Por ello, es necesario evaluar los tipos de suelos basándose en los gustos y preferencias del cliente, así como en el presupuesto, el clima preponderante y el estilo decorativo.

Qué tipo de suelo elegir

Algunos pavimentos se adaptan con facilidad a cualquier estilo decorativo. Otros son especiales para exterior, en tanto algunos son solo recomendables en interiores. Incluso, en interiores, hay pavimentos más adecuado para las zonas húmedas (los pétreos), en tanto los cálidos son preferibles para dormitorios y salones (maderas y laminados). 

Entre los tipos de suelos que se pueden elegir para el hogar están los siguientes:

1. Microcemento

Los suelos de microcemento son uno de los mejores pavimentos hoy día, ya que se puede aplicar a paredes, suelos, techos e, incluso, realizar muebles recubiertos con este material, dando una sensación de continuidad y armonía a la estancia.   

Es una buena opción para espacios interiores y exteriores, gracias a su revestimiento multifuncional. Se puede emplear tanto para cocina, baños y habitaciones como terrazas y patios. Es muy importante su aplicación, que se debe dejar en manos de profesionales, ya que una mala aplicación puede derivar en grietas y abombamientos del material. 

2. Suelos porcelánicos

Los suelos porcelánicos están realizados a partir de mezclas de arenas, arcillas y otros materiales orgánicos, que se prensan y hornean a altas temperaturas, y posteriormente se someten a un proceso de esmaltado o pueden quedar solo pulidos. Es un material muy resistente, no poroso, antideslizante y fácil de mantener y limpiar, que sirve tanto para interior como exterior. Se fabrica en grandes formatos, lo que es un ventaja para la colocación de grandes superficies. Es un material que se considera "frío", en relación con otros que aportan mayor calidez.

3. Suelos cerámicos

La principal diferencia entre las piezas de cerámica y las porcelánicas es que las primeras son más porosas, por lo que su resistencia a la humedad e intemperie es menor. Por ello, las baldosas cerámicas se utilizan más frecuentemente en ambientes de interior, aunque las nuevas tecnologías permiten una mayor exposición y usabilidad en cualquier espacio. Una de sus características es que se fabrica en formatos pequeños e infinidad de colores, acabados y diseños. Esto le aporta gran valor decorativo. Las baldosas comunes, de 15 x 15 en tonos lisos son muy económicas y no requieren mano de obra experta en su alicatado. No obstante, si nos queremos colocaciones más decorativas (en espiga, a matajuntas, etc.), es preferible recurrir a un buen profesional. 

4. Suelos sinterizados

La piedra sinterizada es la evolución moderna de la piedra natural (mármol, pizarra, granito, cuarcita, etc.). La sinterización es un proceso que consiste en caldear las materias primas (cuarzo, óxidos, sílice, vidrios, feldespato…) en hornos industriales hasta lograr que se compacte totalmente. El resultado es una superficie de origen natural, hasta en un 90%, que tiene la dureza de la piedra, pero no su porosidad. Además, es inalterable a las manchas y arañazos, y su mantenimiento es muy sencillo. Otra de sus ventajas es que se fabrica en gran formato, pero con un espesor muy fino (hasta de 3 milímetros), lo que le hace más ligero y fácil de manejar en la instalación. Su acabado no solo imita cualquier tipo de piedra, sino también madera, metal y otras superficies técnicas.

5. Laminados

Los suelos laminados están formados por un cuerpo de material prensado, que puede ser de HPL (cartón o papel Kraft) o fibras de madera, sobre las que se les coloca una capa de melamina impresa con el acabado de madera (haya, roble, fresno, etc.). Son de fácil instalación, muy económicos y buen mantenimiento. Dependiendo de su calidad, pueden ser más o menos duraderos, aunque, en general, no aguantan bien la humedad. Su aspecto de madera está muy logrado y aporta la calidez de ésta.

6. Vinilo o PVC

El vinilo o el suelo de PVC es una alternativa económica con variedad de diseños que imitan otros materiales. Los suelos de vinilo flexible vienen en rollos, láminas o baldosas) que se colocan en el suelo y se adhieren de inmediato. Los rígidos se fabrican en lamas que se colocan en instalación flotante (sin pegar a la solera) y con anclaje tipo clic entre piezas, al igual que los suelos laminados tradicionales. Esto permite una instalación rápida y es relativamente fácil sustituir una pieza dañada.

Es un material sintético, que apenas requiere mantenimiento y se puede colocar sobre el revestimiento original. Es bastante resistente a la humedad y amortigua bien el ruido de la pisada. No obstante, no tiene propiedades ignífugas, como los sinterizados y los porcelánicos, puede llegar a decolorarse y los impactos fuertes dejan mella en el suelo. 

6. Suelos de madera

Y finalmente, no podemos olvidar los tradicionales suelos de madera, que nunca pasan de moda. Si bien han evolucionado y se han ido introduciendo maderas exóticas y tropicales, los suelos de madera son siempre una alternativa muy decorativa, con el valor añadido de ser un material natural, que aporta gran calidez a la decoración. A pesar de su belleza, tiene dos grandes inconvenientes: su precio (sobre todo si elegimos maderas exóticas o duras, en lugar de blandas) y que requiere un mantenimiento constante, ya que se trata de una materia orgánica viva. 

Fotos: Unplash, Neolith y OfficeSnapShots