Puertas correderas en la cocina
¿Estás pensando en reformar tu cocina? Quizás deberías valorar la posibilidad de instalar una puerta corredera de cristal, no sólo para permitir el paso de la luz, sino también para ganar metros cuadrados. Reorganizar el espacio de una vivienda para ganar más superficie, es una práctica de reforma y rehabilitación habitual que coincide con un cambio de propietarios o de nuevas situaciones familiares. Es entonces cuando la cocina adquiere un gran protagonismo y acaba siendo una de las estancias que afronta más cambios.
Si pretendes ganar espacio o dejar una pared libre para mobiliario, lo ideal es empotrar la puerta corredera; algo que es posible tanto en un muro de cartón-yeso o de revoque. Los armazones de Krona como el sistema Kit Futura reemplazan el muro existente por una estructura perimétrica que permite alojar la puerta corredera elegida, sea cual sea el material de ésta. Todas las opciones de armazón configuran un soporte rígido, anti-vibraciones y antirruido. Además, estos sistemas de puertas correderas incorporan el sistema exclusivo ABS, un mecanismo de cierre amortiguado que ralentiza el movimiento de cierre de la puerta, acompañándola de forma suave y evitando los tan frecuentes portazos en las correderas tradicionales. De este modo, se alarga la vida de la puerta.
Si necesitas independizar la estancia sin perder luz natural en la cocina, una buena opción es el sistema de puertas correderas Exterus de Krona, con puerta en vidrio. La base es un carril en acero inoxidable visible y de diseño atractivo. Los carros pueden soportar hasta 150 kg. Si además se quiere preservar la intimidad de la estancia y casi “esconder” la actividad de una cocina, una hoja en vidrio templado es la mejor solución. También son un recurso ideal, novedosos y vanguardista, para separar la zona de comedor de la cocina propiamente dicha e, incluso, para cerrar los armarios despensa, de suelo a techo.