Reciclaje para niños
No es la primera vez que, antes de desechar un objeto viejo, pensamos en darle una segunda oportunidad, aunque sea reciclándolos en algo para lo que no fueron específicamente diseñados. A saber: darles un uso para el que, en un principio, no fueron creados, pero para el cual sirven y funcionan muy dignamente. ¡Ahí está la gracia! Aprovecha estos días de vacaciones para desarrollar la conciencia ecológica de los niños y hazles partícipes de estas propuestas.
Recuperamos, primero, una cortina de baño a modo de hule para proteger la mesa donde los pequeños artistas de la casa dan rienda suelta a su imaginación. Se acabó el preocuparse de si manchan o no manchan; su creatividad no se verá coartada por nuestro miedo a que "decoren" la mesa. La segunda idea tiene que ver con el mítico juego del Twister, su gran malla plástica es un improvisado mantel para una mesa de fiesta. Juega con sus círculos en rojo, amarillo, azul y verde para presentar la merienda de forma divertida.
La sencilllez es la máxima del reciclaje en estos dos elementos tan cotidianos: una huevera convertida en improvisada paleta para las acuarelas de los niños, y una hielera a modo de ordenada bandeja para llevar a la mesa una selección de caramelos, bombones y chuches para acompañar el café. Gracias Martha Stewart por abrirnos la mente al reciclaje. Con estas propuestas tan sencillas, los niños aprenderan de manera lúdica y divertida a reciclar y a reutilizar, a respetar el medio ambiente.