Ideas para guardar y cuidar la ropa de bebé
Ya sea por el cambio de estación o porque tu bebé está creciendo a pasos agigantados, la ropa de bebe merece un cuidado especial. Suelen ser prensas delicadas, confeccionadas con materiales naturales (lana, algodón, lino, etc.), como no puede ser de otra manera, que requieren en muchas ocasiones lavados a mano y utilizar jabones neutros y preferiblemente ecológicos. Además, la forma de organizar prendas tan pequeñas es también muy importante. Si estás pensando comprar ropa de bebé para esta primavera, ya sea para este año o para el próximo, siendo previsora, es importante que la guardes en las mejores condiciones. Aquí te damos algunos tips para que la ropa de tu bebé dure años y puedas conservarla para los hijos o nietos que están por venir.
Guardar en cajas identificadas
Una de las ventajas de la ropa de bebé es que, por su tamaño, se pueden almacenar gran cantidad de prendas en una sola caja. Es importante que la clasifiques por tipo, tamaño y años o medidas. Unas cajas transparentes de plástico, como las usas para guardar juguetes, son muy recomendables porque de un solo vistazo encontrarás lo que buscas. Guarda siempre la ropa lavada, seca y sin planchar. El contenedor debe tener alguna apertura para que la ropa respire, coloca un antipolillas y ponlo en una zona que no le dé el sol.
Intenta, además, separar las prendas por tejidos, y no mezclar, por ejemplo, las prendas de lana con las de algodón. La ropa de abrigo, más grande y voluminosa, es mejor guardarla en perchas con protector para que no coja polvo. Ya sabes que el polvo y la humedad son enemigos número uno, y debes asegurarte que las prendas expuestas a estas condiciones estén bien lavadas y secas antes de que entren en contacto con la piel del bebé.
Guardar en cajones
Hay prendas que el bebé utiliza en cada etapa de crecimiento, y que son de uso diario hasta que se les queda pequeña: monos, pijamas, camisetas, etc. Para este tipo de ropita lo más cómodo es guardarlas en cajones de una cómoda con más fácil acceso. Hay que tener cuidado con las manchas de comida. Al iniciar la alimentación del bebé complementaria, alrededor de los 6 meses, las manchas de frutas y algunas verduras son algo más difíciles de eliminar. Lo mismo ocurre con las manchas de leche y las típicas regurgitaciones de los bebés. Con el tiempo, estas manchas amarillean y, por ello, antes de guardar la ropa, elimina cualquier resquicio de comida.
Cómo eliminar las manchas en la ropa de bebé
Decíamos que las manchas de las papillas dejan un rastro en la ropa que, si no se eliminan bien y a tiempo, van aflorando hasta convertirse en manchas amarillas. La primera opción es utilizar detergentes específicos para ropa de bebé. Evita utilizar detergentes comunes con conservantes sensibilizantes, blanqueantes ópticos, colorantes u otros alérgenos. Si ello no es suficientes, puedes dejarlo en remojo con unas gotas de lejía disueltas en agua 20 minutos, y posteriormente aclararla muy bien. No siempre esta opción es la preferida, ya que la lejía es un elemento muy corrosivo que puede causar irritación en la piel del bebé. Por eso también puedes recurrir a fórmulas más naturales, como frotar la mancha con agua oxigenada o limón con una toalla por debajo para que actúe por ambos lados. También, puedes hacerlo a la vieja usanza: frota con jabón Lagarto la mancha y deja secar al sol.
Cómo guardar los faldones y prendas delicadas
Una de las prendas que, por tradición, se suelen guardar siempre son los faldones de cristianar y camisas realizadas en tejidos muy delicados, como plumeti, organdí, lino, muselina, etc. En caso de estas prendas, tienes que tener especial cuidado. El truco de las abuelas es infalible: primero, lava a mano y seca al aire la prenda. Después, envuelve el faldón sin planchar en papel de seda y guárdala en una caja de cartón (para que no les entre luz). Ya verás que, al cabo de los años, sigue intacta.
Fotos: Unplash
