Hotel Las Calas en Canarias
Rodeado de una exuberante vegetación y en un enclave privilegiado, se encuentra el coqueto hotel Las Calas, en Gran Canaria, muy cerca de la Vega de San Mateo. Una casona de 1800, dentro de una finca de 2.000 metros cuadrados, que rescata todo el sabor canario y esa mezcla cultural en donde se integran elementos hispánicos, árabes y africanos. La casona fue restaurada manteniendo las claves arquitectónicas y los materiales autóctonos de la isla, pero con todas las comodidades modernas.
Un lugar ideal, que se puede visitar en cualquier época del año. El suave clima isleño, sin grandes variaciones, garantiza la floración de la vegetación (frutales, arbustos y plantas de flor) en cada una de las estaciones. Siempre está verde, y fuera de los límites de la finca, todo es naturaleza. El lugar perfecto para practicar senderismo, mountain bike, parapente o, incluso, jugar al golf en los campos cercanos.
La decoración, sencilla y rural, manifiesta una gran sensibilidad y gusto decorativo. La casa recuperó el color amarillo canario, original del siglo XIX. La carpintería, casi toda de madera de tea, incluye detalles árabes, como las ventanas de celosía y los bajorrelieves. Arcones, sillerías, mesas, alacenas... Cada una de las piezas ha sido elegida con armonía, para dotar los ambientes de un sabor genuino, rústico, pero a la vez atemporal.
Al estar enclavado en el centro de Canarias y para aquellos que deseen un rato de sol garantizado junto al agua, la piscina del hotel ofrece un oasis perfecto, fresco e irresistible. Pero en días menos soleados, Las Calas también cuena con un salón con chimenea, muy a gusto del lector empedernido.
Cada uno de los nueve dormitorios cuenta con una decoración diferente. Ningún cabecero es igual que otro, y por supuesto, ningún baño es idéntico a otro. Y esto se debe a que cada habitación respeta su morfología arquitectónica. Hay suites, dobles sencillas, junior... Porque la idea es que cada huésped encuentre su lugar, ya sea un fin de semana normal, estancias más largas o con grupos de amigos.
El comedor está a cargo de la propietaria del hotel, Magüi Carratalá, que mezcla con soltura cocina mediterránea y platos típicos canarios: potaje de berros, carne en adobo o puchero canario, elaborado con los productos de la huerta que hay dentro de la finca. En el desayuno, profuso y exquisito, el huésped podrá degustar mermeladas caseras, zumos de frutas naturales, bizcochones, etc. En definitiva, el comedor resume todo el espíritu de este encantador hotel: tradición, fusión, cuidados materiales, mimo exquisito y un entorno singular. Fotos: Decoratrix.
