Dormitorio juvenil en la buhardilla
El deseo de toda niña que empieza a vivir su adolescencia es tener su territorio privado. Cuando los padres de la afortunada jovencita de esta historia vieron que ya era hora de independizarla de la habitación que compartía con su hermana pequeña, decidieron habilitar la bajocubierta que utilizaban de trastero y convertirla en un dormitorio juvenil en la buhardilla, con cuarto de baño incluido.
Gran parte de las paredes de la habitación, con un total de 20 m2, se revistió de tablones de madera blanqueados al agua, un tono que casa a la perfección con el rosa y púrpura que utilizaron en la decoración. Como nota multicolor colocaron una alfombra redonda de bolas de lana, y se eligieron lámparas de papel en las que incluyeron el amarillo, que es el color complementario.
En el lado opuesto de la cama, un extenso escritorio de pared a pared, con cajoneras, forma la zona de estudio, en donde también se colocó una pantalla plana para ver la tele desde la cama. La pared de la derecha se cubrió de armario de obra, laqueado en un rosa pálido.
Detalle de la zona de estudio, protagonizada por la silla Swan de Arne Jacobsen, en color amarillo. Todos los muebles de este dormitorio fueron diseñados y realizados a medida para el espacio.
En el cuarto de baño se realizó una ducha a ras del suelo, para dar continuidad a la pizarra negra del pavimento. El frente se alicató con gresite hexagonal en blanco y se colocó un mueble con el lavabo incorporado. Dos detalles nos han gustado especialmente: la luz fluorescente dentro del espejo, y el vinilo traslúcido de la ventana, con pequeños redondeles recortados, que dejan ver el exterior pero guardando la intimidad del interior. Con esta habitación tan amplia y completa, la princesa de la casa no querrá salir de su torre.
