Cómo influye el color de la decoración en nuestras emociones
Si estás pensando en redecorar alguna estancia de tu casa, tarde o temprano tendrás que plantearte qué gama cromática quieres que domine en el ambiente. Ya sabes, coordinar el color de revestimientos, telas y muebles. Llegados a este punto, deberás tener en cuenta, además de tus gustos, aspectos como las dimensiones de la habitación o la luz que recibe. Pero además, algo que quizás no te habías planteado, es cómo afectan los colores en nuestro estado de ánimo.
Mientras unos colores, energéticos y optimistas, despiertan nuestra atención y vitalidad, otros transmiten serenidad y relax o favorecen la concentración. Por eso, antes de decidir de qué color vas a pintar una estancia, te aconsejamos que sigas esta pequeña guía.
Rosa
Color femenino por excelencia, el rosa es un tono muy positivo, energético pero sin resultar agresivo. Transmite calma. Es un color optimista y purificador que se suele asociar a ambientes delicados. Se asocia a la inocencia, al encanto, la delicadeza; es un tono poético que transmite calma y libera la inquietud. En sus tonalidades más vivas, mejor utilizarlo solo en una pared, una pieza del mobiliario o detalles y complementos. Los tonos claros, ya sea pintura o papel pintado, son ideales para dormitorios, vestidores y baños femeninos.
Este dormitorio se pintó con el tono Victorian Rose de la colección Color Revelation, de Valentine.
Rojo
Los colores cálidos, como rojos, naranjas y amarillos, son colores excitantes que activan y dan energía. Por eso, conviene reservarlo a zonas comunes: salón, comedor y cocina. Sus tonalidades más fuertes te ayudarán a realzar la decoración. Combínalo con muebles blancos o de maderas claras, y si en tu caso, los muebles que tienes son oscuros, utilízalo con mesura y matízalo con pinceladas blancas o en tonos naturales.
Azul
En cualquiera de sus tonalidades, el azul se asocia con el cielo, el equilibrio interior y la relajación. Transmite sensación de pureza, protección y calma. Es una elección perfecta para cualquier estancia de la casa: desde salones hasta baños pasando por zonas de trabajo, pues también fomenta la creatividad.
Combina con rosas, grises, dorados, turquesas, malvas… pero ninguno como el blanco para resaltarlo y crear sensación de amplitud.
El dormitorio que vemos sobre estas líneas se pintó con el azul Caelum, de Valentine.
Naranja
Este color, además de ser muy luminoso, crea ambientes alegres, vitales y optimistas. Lo encontrarás en distintas tonalidades: intensas y atrevidas o más apagadas y serenas. Las oscuras combinan muy bien con maderas blancas o claras, mientras que las tonalidades más suaves contrataran con maderas oscuras. En cuanto a las tapicerías, el naranja va bien tanto con colores crudos como con tonos chocolate y morado, una propuesta moderna y vanguardista.
Amarillo
Al igual que el naranja, el color amarillo da mucha luminosidad a los ambientes en donde se utiliza. Se asocia con la luz, la alegría y la prosperidad, además de estimular la inteligencia emocional. También crea ambientes positivos y agradables.
Combina bien con azules, morados, naranjas y blancos; con muebles lacados en blanco y con casi todo tipo de maderas (mejor evitar los acabados muy claros), y encaja con cualquier propuesta decorativa.
Verde
Es, sin duda, el color de la naturaleza. Transmite calma y serenidad, perfecto también para cualquier habitación de la casa. Sus tonalidades cálidas, cercanas al amarillo, generan ambientes luminosos y dinámicos, mientras que los verdes fríos, mas cercanos al azul, expresan seriedad, calma y elegancia.
En este dormitorio, la pared del cabecero se pintó con el verde Evergreen, de la colección Color Revelation de Valentine.