Un dormitorio con estilo propio
Este dormitorio invita a quedarse mucho tiempo. Y parte de la personalidad de sus dueños está reflejada en él. Por una parte es sobrio y masculino en colorido, racionalización del espacio, iluminación... pero está lleno de guiños femeninos: la combinación de texturas que lo hacen tan cálido, las líneas redondeadas en contraposición a los ángulos y a las líneas rectas... Nos encanta el panel que hace las veces de cabecero, las lámparas que cuelgan de una forma tan ingeniosa, el espejo redondo que duplica la luz, la buena combinación entre el blanco, el negro y el gris cálido, etc, etc.
El cabecero se realizó a partir de unos tableros de pino macizo que enmarcan la cama que se empapelaron con unos estores de Ikea con este motivo de árboles tan bonito. Se utililzó cola blanca para fijarlos y el tablero se atornilló a la pared instalando en el hueco una capa de material aislante. Como mesillas se colocaron muebles diferentes: ella eligió la versión de dos pisos de la Componibili, un clásico de Kartell diseñado hace ya 30 años por Anna Castelli y él un banquito de madera maciza de Bo Concept, 80 €. A ambos lados, dos lámparas de lectura, que aportan la luz suficiente para crear un ambiente íntimo y lector. La lámpara de pie se compró en Atico (230 €).
La iluminación general se resolvió con dos lámparas de vidrio colgantes de Ikea con un pequeño truco: en lugar de ir colgadas desde el techo, las bases se atornillaron a los tableros en horizontal y el cable anudado a la estructura, cae en 90º. Cosas de los Decoratroxes amigos, que no te las puedes creer hasta que las ves. Una simple lámpara colgante de Ikea la convierten en un espectáculo.
Y aunque es un dormitorio pequeño, están todos los muebles que se necesitan: un baúl a los pies de la cama (50 € en Ikea) que sirve para dejar ropa y descalzarse. Y en un rincón junto a los armarios se organizó una zona de vestidor con una pequeña cómoda en acabado envejecido y un espejo. Fotos: Decoratrix.