Por qué debes utilizar una funda para tu sofá
Las fundas son un aliado perfecto tanto para proteger la tapicería del sofá como para dar un aire nuevo a los asientos algo deteriorados por el paso del tiempo. Además, cada vez existe una variedad de diseños más amplia, por lo que dar con un modelo que se ajuste al resto de la decoración del salón, no será difícil. Sigue leyendo y toma nota de todas las ventajas que te aportará utilizar una funda para tu sofá.
Protegen y conservan
Como comentábamos al principio de este post, las fundas de sofá son ideales para proteger la tapicería del sofá, sobre todo si hay niños pequeños en casa. Con una funda, podrás disfrutar de un sofá blanco o en tonos crudos sin temor a que las manchas arruinen tu sofá. Lo mismo si tienes mascotas. Los pelos que sueltan y las uñas de los gatos son otros “peligros” que puedes salvar con una funda.
Además de la opción de hacerlas a medida, en el mercado encontrarás fundas confeccionadas, que no es fácil que encajen en los distintos modelos y tamaños de sofá; y fundas ajustables, más adaptables y disponibles en distintas medidas y colores.
Otra ventaja que ofrece usar una funda de sofá es que te permitirá dar un aire nuevo a la decoración del salón. Además, si nunca te atreviste a comprar un sofá con una tapicería estampada o en un color vivo, con una funda seguro que te atreves. Encontrarás una gran variedad de diseños adaptables, de diferentes medidas y modelos de sofás. Son fáciles de colocar, de desenfundar y de lavar para ayudarte a renovar el look de tu sofás las veces que necesites.
Prácticas y económicas
Las fundas ajustables son una alternativa mucho más económica a la opción de retapizar. Tenlo en cuenta si estás pensando en renovar tu sofá con un tejido nuevo, especialmente si la estructura está en buen estado o es de madera maciza.
Son muy fáciles de poner y quitar. Y no solo eso: encontrarás fundas de sofá confeccionadas con tejidos súper elásticos, que dotan a la funda de una mayor adaptabilidad para ajustarse como una segunda piel al asiento. Se amoldan prácticamente a todas las formas.
También te resultarán muy prácticas en verano, tanto para proteger el color de la tapicería, especialmente si el sofá está ubicado en una zona con una elevada exposición de sol, como para hacer más agradable el tacto de los asientos de piel natural o sintética.
Qué funda elegir
Con una funda elástica, cubrirás tu sofá de forma rápida y eficaz, pero solo se pueden colocar en sofás que incorporan cojines que se puedan quitar. Así que si tu sofá tiene los cojines del asiento fijos o reprosabrazos muy mullidos o abultados, elige una funda multielástica. Otra opción son las fundas superelásticas, confeccionadas con tejido superstretch que dota a la funda de elasticidad en todas direcciones. Este tipo de fundas son válidas para todo tipo de sofás estándares, con reposabrazos que no superen los 30 cm de ancho aprox. Estas fundas son aptas para sofás que cuentan con los cojines del asiento tanto fijos como desmontables. Si tu sofá es voluminoso, sin duda estas fundas serán tu mejor opción por su nivel de elasticidad.
También encontrarás fundas para sillones, chaise-longues y sillas de comedor confeccionadas en tejido elástico, multielástico o superelástico.