Cómo vestir la cama con un resultado cálido y armónico
La ropa de cama y demás textiles juegan un papel fundamental la hora de recrear una atmósfera serena y relajante en el dormitorio. Además de acertar con las texturas y gamas de color, es importante saber combinar mantas, edredones o fundas nórdicas, almohadones y cojines con el resto de elementos presentes en la habitación para conseguir un ambiente equilibrado y armónico. También debes valorar que las telas te ayudarán a reforzar el estilo decorativo de tu dormitorio.
Empecemos por el principio
Las camas no sólo se visten por fuera, sino también por dentro. El interior de las camas es tan importante o más para asegurar el descanso e higiene necesarias. Empieza por el principio y estudia bien cómo proteges tu colchón. Una alternativa a los tradicionales cubre colchones es el "topper", un artículo que, además de proteger y alargar la vida del colchón, proporciona una superficie más mullida y cómoda, da sensación de estabilidad, y se consigue una perfecta adaptación de la curvatura de la espalda. Por eso, ayuda a evitar dolores y lesiones de espalda por las malas posturas y logra un descanso realmente placentero.
Vestir la cama en tonos lisos
Para aquellos que prefieran no arriesgar, la fórmula más sencilla es partir de base de color lisa y después añadir complementos en tonos más oscuros de la misma gama. Si te gustan los cabeceros tapizados, recuerda que esta pieza es, en la mayoría de los casos, punto focal de la decoración. Por eso, para lograr un ambiente armónico, conviene escoger cojines y almohadones del mismo color que la tapicería.
Discretas pinceladas de color
Una idea para aportar dinamismo en decoraciones en las que predominen los muebles de madera clara y el color blanco es decorar la cama con cojines de dos o tres colores y texturas diferentes. En ambientes femeninos, opta por la gama de los tonos pastel –rosas y verdes te ayudarán a recrear una atmósfera fresca y natural–; en cambio, si buscas un look masculino, prueba con los clásicos grises y negros o atrevidos azul y verde block.
Ropa de cama a tono con los complementos
Este dormitorio es un ejemplo de cómo es posible lograr una decoración equilibrada con textiles de colores y estampados diferentes. Recuerda que conviene no mezclar más de tres colores distintos, aunque sí jugar con las tonalidades que ofrezca cada uno. En este caso, la ropa de cama –manta y cojines–, los complementos decorativos y el frente donde se apoya la cama comparten las mismas gamas de color: tonos rosas, grises y amarillos destacan aún más gracias al color blanco de la funda nórdica y del resto de paredes de la habitación. Los muebles de madera aportan el necesario toque de calidez.
¿Cuántos cojines pongo?
Para potenciar el aire acogedor de la decoración, llena la cama de almohadas y cuadrantes. Una idea es apoyar sobre las almohadas dos cuadrantes grandes decorativos, sobre los que descansan otros dos más. Delante, coloca cojines rectangulares, seguidos de dos rulos decorativos y, finalmente, otros dos cuadrantes coordinados, por ejemplo, con la funda nórdica.
Funda nórdica moderna y atrevida
Los tonos claros y lisos están muy bien, pero también hay quien prefiere los grandes estampados y el colorido. Si éste es tu caso, no renuncies a poner una funda con estampados en tonos vivos, pero mejor elige el resto de textiles en blanco para aligerar. Así se hizo en este dormitorio, donde el color blanco presente no sólo en las paredes, sino también en visillos y cabecero, contribuye a realzar la ropa de cama.
Mezcla texturas y estampados
A la hora de escoger los cojines y almohadones que vas a colocar sobre la cama, decídete por una gama de colores similares en todos los estampados. Mezcla sin miedo telas de distintos estampados y texturas. Mejor si son de tamaños distintos y los colocas sin orden aparente. El efecto resultará visualmente más rico y dinámico.