Objetos de tocador
Hay días en los que sólo apetece mirar. Tengo una amiga columnista en la prensa escrita que se compró una agenda con las páginas en blanco simplemente para apuntar deseos, cosas imposibles y pequeñas satisfacciones. Y además, escribir en cada página: "saber mirar".
Mirando estas fotografías que realizaron nuestros fotógrafos hace ya algún tiempo a mí lo que realmente me apetece es mirarlas con calma y disfrutar de las líneas puras del cristal y sus reflejos, de la textura de los pétalos del lilium blanco sobre el borde de cristal azul, de la composición tan lograda de alturas y formas.
Dice la canción eso de que "una rosa es sólo una rosa..." Estas parece que sólo se juntan con sus parientes más humildes –dos jabones y un par de toallas de tocador– y con ellos encuentran la paz que buscaban, por fin libres y lejos de esos jarrones apretados donde apenas puede una moverse.
Una mujer siempre mataría por un joyero tan glamouroso como éste, sobre todo si viene acompañado de alguna pequeña "sorpresa". Pero si no hay sorpresas de ese tipo en el futuro más próximo tampoco es tan grave, siempre nos quedará el recurso de agrupar algunos objetos bellos en nuestro tocador. Fotografías: Decoratrix.