Ikibana Paral, fusión de las gastronomías japonesa y brasileña
Japón y Brasil, dos culturas a primera vista antagónicas, minimalista y silenciosa la primera, exuberante y bulliciosa la segunda. El restaurante Ikibana Paral, en Barcelona, ofrece una interesante fusión de sus gastronomías. El equipo de arquitectura e interiorismo Equipo Creativo, especializado en la creación de restaurantes y espacios gastronómicos, se encargó de su diseño, que pretende ensalzar la importancia del paisaje en ambas culturas. El restaurante se concibe como un paisaje sinuoso integrado por varias islas, donde las barras y cocinas se distribuyen con la misma fluidez con que lo hacen los espacios para los comensales.
Su ubicación, en la Avenida del Paralelo, no es fruto de la casualidad, sino una apuesta firme y decidida de la empresa por un enclave en plena transformación, que aglutina la quintaesencia de Barcelona, multicultural, con profundo arraigo artístico, con una historia viva, con un urbanismo en evolución pero respetuoso con su esencia y con mucho futuro empresarial y social por delante.
En este privilegiado espacio de 260 metros cuadrados, con capacidad para cien comensales, el concepto culinario y el arquitectónico van tan ligados, formando una experiencia sensorial única dentro en un espacio donde la naturaleza se hace presente a través de los cuatro costados. El Ikebana, el arte floral japonés al que hace referencia el nombre del restaurante, es un antiguo arte que nace de un respeto hacia la naturaleza profundamente arraigado en la cultura japonesa.
Los Ikebana son composiciones estáticas, ligeras y elegantes, que simulan un movimiento, y en las cuales es muy importante la proporción, composición y equilibrio entre sus tres elementos principales: ramas, hojas y flores. El diseño del restaurante se basa en estos principios esenciales, buscando crear un paisaje artificial en constante movimiento compuesto por materiales naturales y nobles.
Las fachadas y el techo representan los dos elementos principales de los que se compone una pieza de arte Ikebana: la hoja y la madera. Por un lado, la vegetación natural en la doble fachada funciona como una cortina que tamiza la luz y la visión entre el interior y el exterior, creando un espacio más acogedor. Por otro lado el espectacular techo, construido como un bosque de de ramas entrelazadas, permite que la luz lo atraviese de manera desigual, proyectando en todas las superficies del local un cálido tintineo de luces y sombras.
En menor proporción pero no menos importante, encontramos el elemento flor en las mesas, la cuales con su forma de pétalo salpican el espacio con una explosión de colores frutales y tropicales.
El techo pretende recrear la sensación de estar dentro de un bosque, una selva, un espacio orgánico. Su estructura ondulada y entrelazada , sus claroscuros, su textura… recuerda a un entramado de ramas. Se construye a través de 8 láminas diferentes de un tipo de madera tropical llamada Mongoy, y colocando estas 8 láminas en diferentes direcciones y posiciones. Las láminas se diseñaron primero en el ordenador en 3D, y luego en el taller se construyeron unos moldes que sirvieron para moldear y dar forma a las piezas finales.
Ikibana, restaurante & lounge, quiere ser un espacio donde disfrutar de una excelente comida o cena a cualquier hora del día, de la mano de una fusión cultural única, que suma la calidad de la materia prima y la elaboración de la gastronomía japonesa, con la calidez y sensualidad de la gastronomía brasileña. Como herramienta, la elaboración casi artesanal de sus platos, tan delicada y estimulante como el arte floral japonés llamado Ikibana. Fotografías: Adrià Goula. Vía: Plataforma Arquitectura.