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Hotel ecológico Friendhouse, en Ucrania

Publicado en Casas - Hoteles y casas rurales por Marta Sanz

La arquitectura ecológica no son sólo placas solares y sistemas para reducir el consumo de agua. El estudio de arquitectura de Yuriy Ryntov diseñó este encantador hotel a orillas del río Orel, en Ucrania, cumpliendo con los requisitos de la arquitectura ecológica. A la hora de ubicar cada edificio se realizó un estudio de la energía del terreno. En su construcción, se utilizaron sólo materiales naturales como la madera (principalmente de pino, rápidamente regenerable), el conglomerado de mármol, la paja, las cañas y el barro, y se cuidó que el diseño, inspirado en las formas sinuosas de la naturaleza, se integrará a la perfección con el paisaje. En conclusión, todo el conjunto es respetuoso con la naturaleza y consigue, por tanto, un mínimo impacto ambiental.

Friendhouse es un ecohotel situado en medio de un bosque a orillas del rio Orel, a 30 km de Dnepropertrovsk, en Ucrania. Su filosofía ecológica se ha plasmado en una construcción tipo resort, en la que varias cabañitas se instalan en medio de un paraje más o menos salvaje.

El tejado del restaurante se realizó con cañas, pues se trata de un material que ofrece protección a la intemperie y un excelente comportamiento en términos de aislamiento térmico. En el resto de las edificaciones, la cubierta es de madera de pino maciza y tanto las paredes como los techos, de barro.

En el comedor de invierno los altos techos de caña muestran vigas de madera, mientras que el de verano, en ausencia de paredes, se une al paisaje. Todas las luces y el mobiliario fueron diseñados con criterios sostenibles para la ocasión por los mismos arquitectos de Ryntovt.

Las habitaciones, hechas de madera y arcilla con forma de cocoon, se entremezclan con patios, terrazas, jardines y parques que cubren un área total de 1.750 m2. Todas las construcciones se han unido con una cubierta continua de madera y cañas que unifica los pequeños bungalós a la vez que permite su intercomunicación con el bosque, el río, el entorno y el paisaje. El hotel cuenta hasta con un jardín de manzanos, ya que una de las limitaciones del proyecto obligaba a los arquitectos a mantener los árboles existentes en el terreno. Según una antigua leyenda de la zona, un buen granjero debía tener invitados dos veces al año, una en primavera durante la floración y otra en verano para recoger las manzanas ya maduras.

La línea del diseño de este hotel ecológico imita en todo momento a la naturaleza: las habitaciones se asemejan a grandes rocas en medio del bosque; los materiales y el mobiliario están mínimamente tratados y las formas, curvas, dan una gran sensación de dinamismo. Como pilares se utilizaron troncos de pino enteros, desprovistos de corteza.

En las habitaciones, la luz entra por los orificios dejados en las paredes, de esta manera se consigue recrear una atmósfera llena de magia. Con su ambiente misterioso y envolvente, dan una auténtica sensación de recogimiento y protección. El mobiliario se reduce al mínimo; se evitaron piezas innecesarias.

En el cuarto de baño, incluso el plato de ducha y el lavamanos son de madera. Seguro que al mismísimo Ed Benedict (1912-2006), creador de los "Picapiedra", le hubiera encantado pasar aquí unos días de vacaciones. Fotografías: Andrey Andeevko. Vía: Arch Daily.