Apartamento de 42 metros cuadrados con vocación de loft
Distribuir, amueblar y decorar un destartalado ático donde su propietario jugaba de niño, cuando vivía en la planta baja del edificio, no fue tarea fácil. Sin embargo, como podemos apreciar, este antiguo espacio dedicado a almacenamiento se ha convertido en un coqueto apartamento de 42 metros cuadrados, decorado con una acertada mezcla de estilo industrial con piezas de diferente época y procedencia que se aúnan para crear una estética muy moderna. Con el blanco como color base, el negro y el gris destacan en muchas piezas del mobiliario, junto con algunos toques de color.
Llama la atención la gran pared de vidrio (5 x 2 m) gracias a la cual toda la vivienda se llena de luz natural durante el día y, como si de un inmenso cuadro se tratara, conecta el interior con el exterior. La casa cuenta con una cálida y soleada terraza de 8 m², que los propietarios disfrutan desde la primavera hasta bien entrado el otoño para comer, leer y relajarse.
Precisamente para no bloquear las vistas, en la zona de estar situada delante del gran ventanal se colocó un sofá bajo al que acompaña la silla Wassily, de Marcel Breuer. La decoración de este espacio se completa con una alfombra negra de pelo largo.
En la zona de comedor se colocó una mesa y cuatro sillas de herencia familiar pintadas de negro, aunque originariamente eran de madera natural. A la derecha, el color lo pone un gran poster realizado con más de mil Post-its de colores, que esconde un armario. En la pared del fondo, destaca una amplia librería lacada en blanco con estantes de diferentes tamaños. En la parte baja se colocó un mueble para albergar la televisión.
Aprovechando un retranqueo de la pared, se colocó un armario pintado en gris con el frente de pizarra donde está escrito lo que contiene: comida, especias, herramientas, material de limpieza... Al lado, una preciosa cómoda antigua, de más de 100 años, se ha convertido en un coqueto mueble bar.
En otra de las paredes y siguiendo el esquema cromático del resto de la casa, la cocina combina el blanco en el mobiliario y el negro en la encimera y en el frente, mientras que el frigorífico se paneló en tono gris.
En el dormitorio todo está pensado para salvar la dificultad de los techos bajos. Tanto la cama como las mesillas están casi a ras de suelo y las vigas se cubrieron con espuma blanca y fieltro para evitar golpearse la cabeza con ellas. Todo en este dormitorio está personalizado: el cabecero en capitoné se encargó a un tapicero, la colcha reversible y los cojines de patchwork son obra de la madre del propietario, gran aficionada a la costura. En un lado, destaca la silla Hill House, de Charles Rennie Mackintosh.
El baño está alicatado en blanco hasta el techo y junto con el pavimento continuo, dentro y fuera de la ducha, consigue una sensación de amplitud. Como elementos decorativos vemos un mueble de acero inoxidable de una sola pieza, diseñado por el propietario, sobre el que descansa un lavabo de piedra natural, y un espejo clásico enmarcado en negro, siguiendo los tonos predominantes en la casa. Vía: Design Sponge.