Una silla sexy
Una silla sexy y femenina donde las haya. Aunque solo tiene tres patas nos aseguran que es lo bastante sólida y estable para... bueno, la imaginación es libre, cada uno le encontrará el uso que quiera. Yo me la imagino en París, en la terraza cubierta de un café, en un bulevar lleno de vida y de parejas que flirtean tranquilamente luzca el sol o nieve. Nuestra Living Chair está sentada en uno de estos cafés, si es invierno se habrá puesto el traje violeta, en primavera lucirá un vestido rosa chicle y estará fumándose un cigarro con boquilla y mirando descaradamente a los transeúntes más guapos.
No sabemos mucho más de esta silla. Sus diseñadores son rusos, Vladimir Tsesler y Sergey Voychenko, y en la página web de su estudio hay un mail de contacto por si alguien está interesado en saber quien la produce o la vende.