Una mini piscina en el jardín
Cuenta con un sofisticado sistema de circuitos con 24 jets, que permiten una gran variedad de chorros de masajes a diferentes intensidades, que relajan desde el cuello hasta la punta de los pies. Su iluminación, a base de Leds, cambian el color de la piscina ejerciendo una cura de cromoterapia.
Su acabado exterior, acrílico blanco o en madera de wengué o cerezo, se integra fácilmente en los espacio exteriores. Y si todo esto aún no nos parece suficiente, la mini piscina viene provista de una colchoneta plegable que cubre la superficie. Dos detalles más: la temperatura se controla a través de un mando y no necesita toma de agua, ya que se puede rellenar con una manguera, por lo que puede colocarse en cualquier zona del jardín o terraza. ¡Esto es vida!