Un piso pequeño dividido en dos zonas
Una reforma bien pensada puede transformar una vivienda en otra totalmente diferente. Y esto es lo que ocurrió con este piso del barrio de Chamberí, en Madrid. Era oscuro, anticuado y tenía una distribución compartimentada, y ahora, es amplio, luminoso y está divido en dos zonas: de día y de noche.
La interiorista Pia Capdevila proyectó una reforma adaptada a las necesidades de sus propietarios, que le pidieron que diseñara de nuevo todos los espacios para hacer de su vivienda una casa cómoda y moderna.
Conservando su esencia
En la reforma se proyectó una remodelación integral, pero que respetara elementos originales como el suelo, las vigas y los pilares de madera. Tras las obras comparten espacio con acabados y diseños modernos para crear ambientes singulares.
"Las varias vigas de madera originales de la vivienda estaban en perfecto estado, así que decidimos integrarlas en la decoración de la vivienda" comenta Pia Capdevila.
Desde el recibidor, un marco sin puerta, que deja al descubierto las vigas y pilares de madera originales de la vivienda, da paso a la zona de día.
Zona de día: salón, comedor y cocina
Se creó un gran área social, con salón, comedor y cocina en el mismo espacio. El objetivo de Pia Capdevila fue conseguir ambientes visualmente más amplios y desahogados con una distribución que invitara a la interacción entre los propietarios y sus invitados.
La zona de estar se decoró con muebles de estilo retro, ligeros y fáciles de mover de un sitio a otro, para cambiar la distribución en función de las necesidades. La butaca, la alfombra, el espejo y el mueble de la tele son de Maisons du Monde; el sofá, de DomésticoShop; la estantería, de Ikea; el aplique de pared, de Westwing; y las cortinas, de Gancedo.
En la cocina, muebles y electrodomésticos se agruparon en un solo frente para dejar en el centro un espacio donde ubicar el comedor. Como se aprecia en la imagen que vemos sobre estas líneas, aquí el suelo se cubrió con unos azulejos decorativos, de Azulejos Peña, que imitan baldosa hidráulica. De este modo se logró que la cocina quedará visualmente separada del resto del espacio.
En cuanto a su decoración, los muebles laminados en blanco brillo se combinaron con una encimera de Silestone, que se prolongó en la pared para proteger este frente de manchas y salpicaduras.
Para la zona de comedor se eligieron muebles de Maisons du Monde: una mesa de estilo retro industrial y sillas de distintos materiales y acabados. Las de cuero son de Crisal.
Este contraste de estilos entre los muebles de la cocina con los del comedor y el salón, de estilo nórdico retro, contribuye también a delimitar los ambientes.
Zona íntima: el dormitorio
En la decoración del dormitorio se apostó por la misma línea estética que en el resto de la vivienda: una base neutra, con todas las paredes pintadas en color blanco contrastando con el suelo de madera original de la vivienda que, además, aporta una necesaria nota de calidez. Este fondo permitió combinar muebles de estilos y épocas diferentes, así como potenciar pequeños objetos y elementos en colores fuertes como las sillas del comedor, el frontal del mueble de la televisión o los dorados y negros de la iluminación y las mesas auxiliares.
En el dormitorio: lámparas Tolomeo de Artemide con pátina especial en dorado realizada por Pia Capdevila y mesillas, de Maison du Monde.
El baño
Se concibió como una estancia cómoda y funcional. Las paredes se revistieron con azulejos blancos, de 20 x 20 cm, no solo para potenciar la luminosidad, sino también para ampliar visualmente el espacio. Para el suelo se optó también por cerámica, aunque esta vez, se eligió un diseño que imita tablas de madera, de Azulejos Peña.
Fotografías: © Èric Pàmies