Molduras y rosetones de escayola
La manera de resolver el encuentro entre el techo y la pared es tan importante que, incluso, puede variar las proporciones de una habitación. Una solución para realzar sus dimensiones es colocar una moldura con relieve en todo el perímetro del techo. No te preocupes si la pared tiene tramos irregulares, ya que las molduras y demás elementos ornamentales se adaptan perfectamente a esquinas, salientes y pilares. Otra posibilidad es utilizar dos molduras: una para unir visualmente la pared y el techo, y la otra separada a unos centímetros. Puedes recurrir a la escayola de toda la vida o bien a materiales más ligeros y fáciles de instalar, como el duropolímero (pregunta en Orac Decor).
Es cierto que la mayoría de las molduras son blancas, pero eso no significa que no puedas recurrir a la pintura decorativa para personalizarlas. Además de decorar el encuentro entre techo y paredes, también se utilizan para enmarcar y resaltar puertas y ventanas. En este caso, resultan muy prácticas para ocultar la barra y los rieles de las cortinas.
Y lo mismo, los rosetones. Estas piezas ofrecen una transición perfecta entre el punto de luz y el techo. Eso sí: hay que calcular muy bien el punto exacto de fijación para que la lámpara quede centrada. Las molduras de las fotos eran las originales de la casa, de 1920, pero no todas llegaron intactas a nuestros días. Durante la reforma de la vivienda se tuvieron que reproducir con moldes algunas zonas para completar el perímetro del techo. Esto encareció mucho la reforma, pero sin duda valió la pena hacer un esfuerzo por recuperar estos elementos decorativos ya inexistentes en las casas modernas. Fotografías: Decoratrix.