La Concept Store de Louis Vuitton en Londres
Hasta el próximo 1 de octubre podrás ver esta nueva concept store que la firma Louis Vuitton ha abierto en Selfridges de Londres, en colaboración con la artista japonesa Yayoi Kusama. Este tipo de tiendas temporales, cuyo cometido principal es enfatizar la marca o una colección en concreto como es el caso, permite a sus creadores realizar espacios en los que realmente prevalezca el diseño sobre todo lo demás, algo que seguramente no se puede hacer en las tiendas en las que se quiere mantener su estética durante más tiempo.
La obsesión por los patrones en serie en la obra de la artista japonesa Yayoi Kusama se traslada a las telas, las pieles y los accesorios de la colección Louis Vuitton/Yayoi Kusama, una colaboración entre la artista y el director creativo de la firma de moda, Marc Jacobs. El resultado es un total de 64 piezas cargadas de sus colores y sus emblemáticos puntos.
Los emblemáticos bolsos de Louis Vuitton, la colección de ready-to-wear, los zapatos, accesorios, relojes y la bisutería se han convertido en el lienzo ideal para los estampados orgánicos y en serie de Kusama. Complementos en llamativos colores como el rojo o el amarillo.
Los patrones orgánicos y repetitivos de Kusama se ven plasmados en los escaparates de las tiendas de Luis Vuitton de todo el mundo, decorados con motivos emblemáticos: sus esculturas de “nervios” con formas biomórficas, llamadas Beginning of the Universe; las flores Eternal Blooming Flowers in my Mind y, en especial, los puntos polka rojos en un fondo blanco Self-Obliteration.
Fue en el año 2006 cuando Marc Jacobs conoció a Yayoi Kusama en Tokio. Como coleccionista de arte, Marc Jacobs es un admirador de las pinturas y esculturas de Kusama: “El carácter obsesivo y la inocencia de su trabajo me emocionaron. Consigue compartir su visión del mundo con nosotros.” La admiración es mutua: Kusama, cuyos trabajos incluyen muchas performances que examinan la ropa y el cuerpo, tiene un tremendo respeto por la creatividad de Marc Jacobs. Una foto de este encuentro entre ambos decora hoy día la pared del estudio Kusama en Tokio.
