Vinilos infantiles
"Érase una vez una niña que se llamaba Cécile, que soñaba con ser una gran actriz. Cécile se llamaba en realidad Cecilia y vivía en Chamberí, pero ella le decía a todo el mundo que era de París, al fin y al cabo, ¿no es de allí de donde dicen que vienen los niños? Cécile, que era muy coqueta, tenía un tocador, desde el que peinaba una y otra vez su preciosa melena morena clara, y miraba, como de soslayo, todo lo que pasaba en la placita de enfrente de su casa.
A Cécile no le gustaba el mundo de los mayores, las prisas y los teléfonos. Le encantaba ir a casa de su abuelita y ver con ella las fotos de sus padres, de sus abuelos, de los padres de sus abuelos y de los abuelos de sus abuelos. Un buen día por la mañana, su madre, al ir a despertarla, descubrió que no estaba ahí. Hay quien dice que se la ha visto en París, actuando en el teatro, y hay quien dice que desapareció para siempre pero que su espíritu todavía vive en su pequeño cuarto de la segunda planta en Luchana 22. Pero no tengáis miedo, no asusta a nadie. Bueno, no asusta a nadie que no vaya con prisas o hablando por el móvil..."
Con esta historia presentó Espaciopapel, en Casa Decor, el dormitorio de Cécile. Un espacio reinventado a partir de vinilos artísticos que dibujan la silueta de los muebles, inventan lámparas, crean escayolas y enmarcan ventanas. Un tratamiento diferente que nos abre un campo mágico y que nos devuelve el trampantojo como ilusión óptica. En definitiva, una habitación como un libro en blanco espereando a que cada uno de nosotros se reinvente a sí mismo. Fotografía: Decoratrix.