Un salón con la terraza integrada
Este salón reúne el encanto de la sencillez y está lleno de ideas prácticas para compartir con nuestr@s fieles Decoratrixes. Su dueña, una amiga muy querida del equipo, mostraba su escepticismo ante nuestra insistencia en fotografiarlo. Pero en él están muchos de los conceptos básicos para conseguir un salón confortable y a la vez con estilo. Además, nuestra amiga le dio prioridad a invertir en buenos materiales e instalaciones, y eso se nota. El primer acierto fue integrar parte de la terraza, comunicando ambos ambientes mediante un cerramiento de aluminio diáfano. Buena idea para aprovechar esos balcones y terrazas a los que apenas se les saca partido en las grandes ciudades. En lugar de las tradicionales cortinas que restan luz y ocupan espacio, se optó por unos estores enrollables tipo screen que tamizan la luz adecuadamente., además de estar reforzados con un tejido especial que atenúa el calor. Son de la tienda on-line Home Expresion
El revestimiento del suelo se seleccionó concienzudamente. Una tarima de roble de la firma Marty instalada por Detarima, con un precioso acabado al aceite. La zona de estar se amuebló con pocos muebles, aunque eligiéndolos muy bien. Un sofá tipo Chester de piel negra, una mesa práctica y versátil y un clásico del diseño: la cajonera Componibili de Kartell.
La zona de audio y televisón se situó frente al sofá. Bajo la pantalla plana de Pioneer colgada en la pared, un mueble lacado en blanco roto con cajones amplios para CD y DVD, adquirido en La Oca.
El sobre de la mesa de centro está fragmentado en tres tapas abatibles que cumplen múltiples funciones. Una parte se eleva y sirve para comer delante de la televisión o para trabajar en el ordenador portátil. Las dos restantes se utilizan para guardar revistas y todas esas cosas que siempre andan rodando por encima de las mesas en el salón. Es un diseño de BoConcept en madera con acabado wengé y sobre de cristal tintado.
Como lámpara de pie, un diseño vintage: un antiguo foco de clínica muy práctico –con ruedas, orientable y regulable en altura– comprado en una almoneda.
En otro ángulo del salón, y de pared a pared, se instaló una librería de Pladur de líneas rectas y con una zona de almacenaje en la parte baja. En ese mismo espacio se organiza la zona de comedor con una mesa de acero y cristal y sillones tapizados en negro. En realidad, se trata de muebles de oficina procedentes también de almoneda y que le dan al salón ese aire tan personal que tanto nos ha gustado. Aunque las verdaderas bondades de este salón no se ven a simple vista. Todo está regulado con esa "ciencia oculta" llamada Domótica, desde los estores, la calefacción, la luz ambiental hasta el mecanismo del toldo de la terraza que se repliega mediante un sensor cuando detecta lluvia o un viento muy fuerte. Instalado por la firma Inmomática. Fotos: Decoratrix.