Nuevo restaurante en el centro de Madrid: Ana la Santa
Estamos en Ana la Santa, un nuevo bar y restaurante en el centro de Madrid, donde es posible disfrutar de una línea de cocina basada en productos de primera calidad, recetas familiares hechas con cariño y con un toque de innovación. Tomás Tarruella y Perico Cortés, de la firma de hostelería En Compañía de Lobos, confiaron en el equipo de Sandra Tarruella Interioristas para hacer realidad este proyecto: un espacio en el cual tuvieran cabida varias opciones de comida y de “maneras” de comer.
El concepto del local, ideado por Tomás Tarruella y Perico Cortés, gira en torno a la recreación de espacios conocidos, como el salón de casa, el bar de la esquina, el restaurante preferido y un jardín refrescante, que se relacionan entre sí para lograr un local que se ajusta tanto a todos los gustos como a los diferentes momentos del día. De ahí la idea de crear cuatro espacios diferentes que se organizan alrededor de la gran barra central, eje y punto neurálgico del local: un salón con chimenea, un restaurante clásico, una zona de tapas y un invernadero-jardín. Sobre estas líneas, la zona del salón, un ambiente ideal para leer, tomarse una copa o navegar por Internet. Con sus materiales cálidos, la chimenea y la estantería llena de libros, nos remite a una sensación hogareña, al salón de casa donde te sientes a gusto disfrutando de un libro, tomando una copa y consultando internet cómodamente sentado en el sofá.
Otro detalle: la cocina es vista.
En el comedor principal, ubicado en la parte alta del local, el comensal puede disfrutar de variedad de arroces y admirar la obra del fotógrafo madrileño Luis Baylón. Instantáneas de la vida de Madrid, personajes del barrio, bares de toda la vida y actividades que han marcado la historia de esta ciudad.
El centro del local es la barra que recibe al visitante desde la calle. Unas grandes puertas de cristal abiertas al exterior invitan a tomar una caña y una tapita. Esta barra central hace de unión de estos dos mundos: por un lado, la simpatía de tomar unas tapas en el banco corrido con cojines de colores y mesas de madera con individuales, y por otro lado, la clásica comodidad de los restaurantes de siempre, donde una intencionada austeridad cromática, en blanco y negro, unida a mesas de mantel con vidrio y sillas tapizadas, crea un ambiente relajado donde el cliente puede disfrutar de una colección de fotos de Madrid en blanco y negro y de su carta.
Por último, el jardín interior, un espacio con suelo hidráulico, techo de mimbre y plantas, donde refugiarse del ruido de la ciudad, sentarse a comer y sentir el frescor de árboles. Esta zona comunica con el resto del local a través de unas carpinterías de cuarterones de cristal y hierro, que permiten al cliente visualizar el resto del local. El restaurante Ana la Santa se encuentra en la planta baja del hotel ME, en la Plaza Santa Ana. Fotografías: Meritxell Arjalaguer.
