Don't worry, be happy

Seguro que más de una vez te has preguntado de dónde viene el nombre que diseñadores o fabricantes eligen para sus creaciones: la butaca Barcelona, la silla Panton, el sillón Wassily, la Ball Chair... Aunque la mayoría de las veces sólo nos interesemos por conocer la historia que esconden las piezas más emblemáticas del diseño, todo, o casi todo, tiene su porqué. Unas veces, hace alusión a una ciudad o al momento en el que se presentaron; otras es un homenaje al diseñador o a personas allegadas a éste y, en muchos casos, es mucho más sencillo y obvio que todo esto, pues es el diseño en cuestión lo que inspira el nombre. Y si no, ¿cómo llamarías a estas sillas? Quizás su asiento en forma de sonrisa te sugiera algo. Son de la firma Loft Chair y su nombre no podía ser otro más que So Happy.

También las encontrarás tapizadas, en tejido o cuero, sólo la parte delantera del asiento o toda la carcasa. Eso sí: ¡nunca pierden la sonrisa! Precios: en polipropileno de colores, desde 128 €, y tapizadas, desde 404 €.