Decoración femenina en tonos rosas, azules y amarillos
Una decoración femenina no tiene por qué ser sinónimo de una estética cursi o ñoña, pero sí de un gusto refinado y delicado, y si además tiene un sofisticado puntito chic, mucho mejor. Como ejemplo, este apartamento en Taiwan, diseñado por el equipo de House Design Studio, que recurrió a un peculiar trío de color -amarillo, rosa y azul- para conseguir ambientes femeninos, luminosos y vitalistas.
A la hora de decorar las paredes, se alternaron frentes blancos lisos, con otros de ladrillo visto en rosa y detalles en azul, un tono muy suave a juego con el color del sofá. En el techo, también se jugó con el contraste limpio y elegante que crean las molduras azules sobre fondo blanco.
En el recibidor, frente a la pared de ladrillo visto pintado en rosa, se realizó un armario a medida con puertas en madera lacada en color azul. Como único mueble, un sofá rinconero tapizado en terciopelo azul con espacio de almacenaje bajo el asiento. Las mariposas, los globos de papel o las plantitas potencian el aire femenino.
El salón comparte espacio con la cocina y el comedor. Para la zona de estar, se escogieron piezas de un gusto exquisitamente refinado, ideales para decoraciones femeninas, como la lámpara de pie de Nika Zupanc para la firma Moooi. Un sofá azul, una butaca amarilla, pinceladas rosas y en la pared, una delicada composición con marcos de tamaños, formas y acabados diferentes. Para la cocina, en cambio, se apostó por el blanco, un color que logra integrar armarios y electrodomésticos. En el comedor, vuelta a los diseños simpáticos y coloristas.
A veces, comedor; a veces, zona de trabajo. Lo que se dice un ambiente multifuncional con una original estantería, que combina una estructura tubular pintada en amarillo y baldas de madera, y una mesa también en dos acabados: madera y patas en rosa fucsia. En el techo, las lámparas de cobre Cooper de Tom Dixon.
En la decoración del dormitorio, se combinó madera natural en acabado claro con tonos azules pastel. El tradicional cabecero se sustituyó por un friso de lamas de madera que recorre toda la pared y que cuenta con una práctica repisa. A cada lado de la cama, se colocó una mesilla de madera pintada, de formas redondeadas, acompañada de un aplique azul. Diseños y complementos un "pelín" infantiles hacen de este ambiente un dormitorio de cuento.
¿Y qué dormitorio de cuento no tendría un vestidor como éste? Las paredes en color rosa ayudan a realzar el blanco del mobiliario: cajones, estantes y barras para colgar permiten que ropa, zapatos y complementos estén perfectamente organizados y a la vista. Eso sí, en los mejores cuentos, los vestidores están repletos de vestidos, abrigos y calzado de todo tipo. Vía: Home DSGN.