Cambiar los cuadros del salón
Una composición equivocada puede arruinar el efecto decorativo de tus cuadros, pero el estilo de las obras también es importante: lo ideal es que esté en sintonía con la decoración de la estancia y con la estética que desees recrear. Para explicarlo mejor, fíjate en este ejemplo: en ambos casos, en la pared del sofá se han colgado tres cuadros del mismo tamaño, alineados y a una distancia equidistante. Además, en los dos se ha respetado el largo del sofá (los cuadros deben estar centrados con éste), se ha dejado una separación razonable (calcula unos 20 cm por encima del sofá) y las obras elegidas son de la misma temática, es decir, tienen una coherencia. Entonces, ¿qué marca la diferencia? Está claro: los motivos que representan y sus dimensiones. Las láminas florales en tonalidades pastel y enmarcaciones sencillas son una opción perfecta para salones actuales, mientras que los lienzos con estampados caligráficos, sin marco y de mayor impacto visual, son más adecuados cuando lo que se pretende es aportar una nota de modernidad al ambiente. Fotografías: Decoratrix.