Apartamento de lujo en Stuttgart
Aviso a navegantes: impresionante apartamento el que estáis a punto de descubrir, un proyecto del estudio de Hipólito Fleitz, en Stuttgart. Quant 1, la vivienda que se vislumbra a través de los cristales, se encuentra en un edificio que data de 1950, unos antiguos laboratorios transformados en apartamentos de lujo.
La vivienda, de doble altura, cuenta con un salón, en el que se ubicaron la zona de estar y el comedor, y la cocina en la planta baja, y un dormitorio con su baño, en la primera. El exclusivo complejo de apartamentos está situado en una zona residencial de Stuttgart, muy cerca del centro de la ciudad. Para que los potenciales compradores se hicieran una idea de las enormes posibilidades decorativas y de diseño que tienen estas viviendas, el propietario del edificio, LBBW Immobilien GmbH, encargó a Hipólito Fleitz dos apartamentos pilotos. Éste es uno de ellos. Los ventanales, con apertura de 180º, de la parte superior pertenecen al dormitorio.
Pensando en una mujer soltera, en este apartamento se apostó por una decoración muy femenina y sensual. A pesar de su superficie -más bien pequeña- y de contar con ambientes perfectamente delimitados, una sensación de amplitud visual domina en toda la casa. El estar se ubicó en la zona más recogida del salón, frernte a la chimenea de casette, con un sofá en L, a medida, sillón y una mesa de centro redonda.
Las mesas redondas son la mejor opción para comedores pequeños. En este caso, se apostó por muebles de la colección Tulip del arquitecto finlandés Eero Saarinen, que fabrica la firma norteamericana Knoll, propietaria de los derechos de autor de todas las colecciones de Saarinen.
La cocina, en color blanco, se distribuyó en U, con los muebles y electrodomésticos en los tres frentes. El zócalo, en un verde oscuro casi negro, rompe la uniformidad de los armarios y aporta ese puntito de modernidad.
Subimos a la primera planta, reservada al dormitorio y el cuarto de baño. Una enorme cama blanca, en el mismo color y acabado que paredes y muebles, preside la habitación. El cabecero tradicional se sustituyó por una banda de tela negra con estampados florales que potencia el aire femenino de la decoración.
El cuarto de baño se revistió con gres porcelánico en franjas horizontales, que transmite una sensación muy táctil, ¡dan ganas de acariciar las paredes! Los lavamanos se apoyan en una encimera de madera de roble blanquecino, la misma que se utilizó para realizar el zócalo de la bañera.
