Apartamento de 40 metros: cómodo, funcional y a todo color
Conseguir ambientes cómodos y funcionales en un espacio reducido siempre es un reto difícil de conseguir... pero no imposible. Así queda demostrado en este apartamento donde la clave para sacar partido a sus 40 metros cuadrados fue una distribución bien pensada y la acertada elección en la paleta de colores, donde el blanco luminoso de techos y suelos comparte protagonismo con precisas notas de color. El objetivo de los propietarios, una pareja joven, era conseguir una casa práctica y lo suficientemente cómoda y amplia para poder disfrutar de las largas jornadas que suelen compartir con amigos y familia.
Si te fijas bien, de este pequeño apartamento sueco, podemos sacar bastantes ideas para decorar espacios reducidos, si éste es tu caso. En pocos metros, los propietarios han sabido crear un hogar cómodo y funcional donde salón, comedor y cocina comparten espacio. En la zona de estar, presidida por un sofá blanco, se recurrió a una atractiva combinación de colores en complementos y textiles para crear un ambiente confortable. Para no agobiar el espacio, en esta zona se colocaron dos pequeñas mesas de centro sobre una alfombra que crea un cuadrante de calidez.
Dejando el espacio libre de acceso a la terraza, se situó el comedor. Se trata de un ambiente concebido para disfrutar en compañía alrededor de la mesa. Ubicado muy cerca de la cocina, pero sin llegar a agobiar la zona de trabajo de la misma lo que facilita la libertad de movimientos en ambos espacios. Alrededor de la mesa se colocaron sillas de diferente estilo. Cuando no se utiliza, la mesa se pliega y se coloca pegada a la pared, mientras que las sillas pasan a formar parte del mobiliario de la zona de estar.
La cocina, situada en una sola pared, es muy sencilla pero al mismo tiempo está muy bien acondicionada. En ella destaca una espectacular zona de estanterías abiertas con gran capacidad de almacenamiento, dando sensación de mayor amplitud. Para equiparla, se eligió un mobiliario de Ikea en negro con encimeras de mármol de Carrara y electrodomésticos en acero inoxidable. Toda la zona de trabajo se alicató con azulejos blancos al más puro estilo subway tiles.
Frente a la zona del comedor, y aprovechando un amplio retranqueo de la pared, se situó un atractivo frigorífico, modelo vintage de Smeg. En el hueco que queda a su lado, el propieterio, gran aficionado a la pintura, colocó un caballete de madera. Un hueco que, por otra parte, puede utilizarse perfectamente como zona de almacenaje colocando un mueble de baldas o estanterías a la vista.
Separado por un tabique, que por la zona de estar se aprovechó para colocar estanterías de suelo a techo (las mismas que se utilizaron para la cocina), se encuentra el dormitorio. En un principio esta habitación estaba abierta al salón, hasta que los dueños decidieron independizarla con dos bellísimas puertas de madera de finales del siglo XIX, que encontraron en un mercado de antigüedades. Su decoración destaca, en principio, por su sencillez. Los tonos grises y neutros de los textiles contrastan con el color de los cuadros del cabecero, una combinación sin estridencias, idónea para favorecer el descanso y la relajación. A los pies de la cama, un amplio armario, cerrado con cortinas, ofrece amplia capacidad de almacenamiento.
En el cuarto de baño, decorado en blanco y negro, a pesar de sus reducidas dimensiones, se aprovechó para colocar una zona de lavado independiente, con lavador y secadora.
En el plano puedes ver como los propietarios han sabido sacar partido a este pequeño piso de 40 metros cuadrados, donde conviven varios ambientes sin estrecheces y donde se ha sabido sacar partido a cada uno de sus rincones. Tanto en el plano como en la foto de la entrada puedes ver los huecos (A) de almacenamiento, sin agobiar los espacios. Vía: Alvhem.
