Restaurante Naia, de Mikel Otaegui, en Lanzarote

Si tenéis la fortuna de vivir o viajar a Lanzarote próximamente, no podéis dejar de ir a comer o cenar al restaurante Naia, capitaneado por Mikel Otaegui, un pequeño pero coqueto local ubicado en la explanada de la Avenida de César Manrique 33, en El Charco de San Ginés, Arrecife.

La ubicación no puede ser más apetecible. Fijaos qué vistas del puerto hay desde la terraza del Naia. Os preguntaréis por qué el nombre: naia, en euskera, significa 'deseo', y eso ha sido este proyecto para Mikel y Marta, su mujer, el "deseo de compartir sabores auténticos y únicos en un ambiente mágico". ¡Deseo cumplido!

No es la primera vez que Mikel Otaegui aparece en Decoratrix. Cuando ganó el primer premio De Tapas por Madrid en 2011, Mikel nos preparó la tapa premiada, Taboulé de hierbabuena y ajoblanco, y la compartimos con todos vosotros, así como algunas recetas más de su creación. De familia vasca pero criado en Lanzarote, este tenista juvenil colgó la raqueta para dedicarse a los fogones, aprendiendo de los mejores: Berasategui, Arzak, Subijana, Txapartegi... Su última escala antes de recalar nuevamente en Lanzarote fue en Madrid, primero dirigiendo la cocina de Kulto al Plato y, luego, el bistró La Tulipe.

Después de este recorrido de fogueo, ya era hora de crear su espacio con sello propio. Desde los platos hasta la decoración, todo fue confeccionado con cabeza y corazón, muy bien pensado para que el ambiente fuera armónico con sus recetas: sencillo y moderno, sin florituras superfluas, pero lleno de detalles con un encanto natural. Para el interiorismo contó con la colaboración del arquitecto Andrés Medina Toledo, quien concibió una caja gris cemento, con detalles industriales, rejilla metálica y profusión de acero y aluminio, que suavizó con elementos en madera y toques vegetales. Andrés Medina también se encargó del diseño corporativo, utilizando la rejilla como imagen del restaurante.

El espacio cuenta con once mesas de diferentes formatos y tamaños, que se prolongan desde el interior hasta la terraza, abierta de par en par. En realidad se trata de un espacio completamente abierto, que se aprovecha del magnífico clima isleño, pero que también se puede resguardar de la lluvia en las épocas más torreciales. En la imagen, una mesa redonda de madera robusta, rodeada de las sillas Eames.

El espacio se aprovechó al máximo para dar cabida a mesas de dos, cuatro y seis comensales, aunque, desde luego, también se pueden juntar. Desde cualquier parte del Naia se disfruta de las vistas a El Charco de San Ginés, zona que últimamente se ha puesto muy de moda en Arrecife.

El recurso de la rejilla para crear espacios independientes pero con visibilidad ha sido todo un acierto en el proyecto de interiorismo. Los productos que se consumen y que Mikel utiliza en su cocina están expuestos y forman parte de la decoración. Mikel apuesta por una cocina sana, natural, con ingredientes estacionales y de la zona, y todo ello se muestra para que no quepa duda de su procedencia y frescura.

Para esta decoración de estilo industrial, pero cálida y amable, se han elegido algunos diseños clásicos como los taburetes Tolix, que aparecieron en los años 20 y que, un siglo después, siguen de plena actualidad.

Detalle de las lámparas del local, realizadas a base de bombillas decorativas colgando de un cable. El proyecto de iluminación fue muy estudiado, ya que, al ser un espacio abierto, había que tomar en cuenta la luz exterior para poder crear una atmósfera adecuada en su interior.

Todo el espacio está lleno de pequeños detalles que evidencian el cuidado con que el restaurante Naia fue creado: la rejilla, presente incluso en objetos decorativos, el gris en diferentes tonalidades como telón de fondo, y plantas en maceta, indispensables para suavizar el resultado final.

Incluso la carta hace un guiño al estilo industrial, pues se ha utilizado el típico tablón con pinza de las oficinas antiguas. Como véis, el ingenio no está reñido con la austeridad.

SENTÉMONOS A LA MESA

La mesa puesta del restaurante Naia es un ejemplo de esa sencillez austera, pero con un encanto natural nada impostado. Vajilla blanca, cristalería transparente, cubiertos de aluminio liso y individuales de papel de estraza reciclado. Todo a juego con un menú que goza de ese mismo encanto sencillo y natural, que, sin embargo, es tan difícil de conseguir en restaurantes con este nivel gastronómico.

PARA EMPEZAR...

Aviso a la cocina del restaurante Naia: Mikel, vete preparando este menú para cuando vayamos por ahí. Esta es nuestra elección personal, pero la carta contiene 18 platos, entre primeros y segundos, y cuatro postres, que pueden variar según los productos de temporada. Para empezar a abrir boca, nosotros hemos elegido las croquetas con jamón (no hemos podido resistirnos a las cestitas de rejilla tan decoratrix) y la cazuela de foie micuit a modo de crema catalana.

PARA SEGUIR...

Compartidos o como plato individual, pediremos tres opciones, para no quedarnos con las ganas. Ya que estamos... Los chipirones  a la plancha con tiritas de manzana y alioli negro son irrenunciables. Los probamos en las sesiones fotográficas que hicimos en Madrid con Mikel y os podemos asegurar que son exquisitos. Os dejamos el enlace para que sepáis cómo se hacen, aunque jamás me han quedado como los de Mikel.

Según las críticas gastronómicas que se han publicado sobre el restaurante, el solomillo de vaca con puré de papa está excelso, en su punto de sabor, textura y cocción. ¡No hay más que verlo! ¡Se sale de la foto!

Otro plato muy recomendado por los críticos es este arroz meloso con setas, trigueros y foie. Sí, ya sé que lo de repetir foie no es muy propio. Pero como dijo Coco Chanel: "Nunca se es demasiado rica, ni demasiado flaca". A lo que yo agrego: "Ni se come suficiente foie".

LOS POSTRES

Qué menos que dos opciones de postre para el menú que Mikel, desde ya, nos está preparando. El mousse de queso fresco con frutos rojos y galleta sablée también ya lo hemos probado, ¡y queremos repetir! Fresco, ligero y repleto de texturas, es más que recomendable. Tampoco queremos renunciar a probar la torrija caramelizada con helado de vainilla y agua de azahar. Se ve tan buena que estoy segura de que no engorda nada.

Nos despedimos de Mikel, Marta y todo su equipo, y de su gran proyecto de deseos que es el restaurante Naia, en Lanzarote. En Decoratrix también tenemos deseos... y les deseamos todo el éxito que se merecen por utilizar los mejores ingredientes para hacer su espacio y su cocina: pasión y trabajo. Fotos cedidas por Naia.