Cocina y comedor integrados en el salón

Ha sido amor a primera vista. De esta cocina y comedor integrados en el salón, nos ha gustado todo: su atrevimiento a la hora de mezclar materiales y colores, y su distribución limpia y funcional, que ha permitido unir varios espacios pero cada uno bien delimitado y con su personalidad propia. ¡Pasen y vean!

Lo que antes eran tres habitaciones separadas por tabiques (cocina, comedor y salón), ahora se han convertido en un solo y amplio espacio donde los materiales juegan el papel unificador. La cocina se distribuyó en L, alternando muebles blancos, encimera y frente de madera, excepto en la zona de aguas, donde se instaló un cristal en azul turquesa.

El suelo de cocina y comedor se unificó con un pavimento que imita pizarra. Los muebles blancos del comedor y la alacena coordinan con los de la cocina, así como el mueble divisorio de madera, con puertas en turquesa, que reafirma el código de color de toda la decoración.

La mesa de madera del comedor también da continuidad visual y aporta calidez al blanco. La pared del aparador se pintó en turquesa, un color que se repite en tres puntos focales, para dar vida al ambiente sin saturarlo.

En esta imagen se aprecia en su totalidad el mueble que separa el comedor del salón, y el cambio de pavimento, contundente pero armonioso, ya que el parqué del suelo es el mismo tipo de madera que se utilizó en el resto de la cocina y el comedor. Otro detalle muy cuidado son los estores del salón y el comedor, que replican las tonalidades utilizadas en toda la decoración.

Este es el aspecto general que ofrece la cocina y el comedor integrados en el salón: dos ambientes diferenciados pero unidos, perfectamente equilibrados en líneas, color y distribución. El mueble de separación sirve, además, de barra de desayunos.

El salón también mantiene las líneas decorativas del resto de los ambientes. Nos ha parecido muy decorativa la solución para integrar el salón: un paramento de madera a modo de friso, que recorre la pared y el techo, enmarcado por unas anchas molduras donde va encastrada la iluminación. Este apartamento minimalista, ubicado en Moscú, es un proyecto del estudio de arquitectura ZE/Workroom.