Una despensa muy bien organizada

El vestidor, la despensa o el cuarto de plancha son estancias que la mayoría de los mortales sólo vemos en revistas o en películas. Pero soñar es gratis y a todos nos gusta deleitarnos con ambientes a los que aspiramos, imágenes idílicas donde todo esta perfectamente ordenado. Además, nadie dice que un día no podamos disfrutar, si no de las tres, sí de una de ellas: Impossible is Nothing, ¿no? Por ejemplo, para montar una despensa dos metros cuadrados son más que suficientes. La clave está en distribuir la superficie al milímetro, con estantes de diferentes alturas en función de lo que se vaya a guardar en ellos y, muy importante, evitar la entrada directa de luz natural para que el vino y las conservas no se deterioren. ¿Cómo organizar los alimentos? Lo ideal es destinar cada estantería a una clase de alimentos y almacenarlos según la fecha de caducidad; situar los objetos más voluminosos, pesados o frágiles en baldas bajas y a la altura de la vista, los que utilicemos con mayor frecuencia. Los artículos de limpieza, siempre separados de los alimentos. Por cierto, imprescindible una escalera para acceder a las baldas más altas. Esta despensa es de Cocinas Schmidt.