Una casa de verano en los Hamptons
Seguro que has oído hablar de los Hamptons. Ubicada al este de Long Island y a unas dos horas y media en coche de Manhattan, es la zona más popular de veraneo, o fines de semana, para muchos de los ricachones neoyorkinos y del resto de Estados Unidos. Por sus calles monta a caballo Madonna, en sus tiendas compra tomates orgánicos Steven Spielberg y por sus playas pasean los popes de la banca de Wall Street. Son los Hamptons, la elitista costa de Nueva York. Pero en los Hamptons no todas las construcciones son como la lujosa mansión que Jennifer López tiene en en la exclusiva zona de Water Mill. También hay casitas más modestas, y ésta es un buen ejemplo, más cercana e inspiradora a nuestras posibilidades.
Porque ¿de qué nos sirve ver estupendas mansiones si no consiguen inspirarnos a la hora de decorar si quiera algún rincón de nuestro pisito? En cambio, fíjate en este recibidor: una cómoda de línea clásica decapada en azul, el cesto de mimbre a un lado, la lámparita de mesa, sus jarroncitos en blanco y azul, ese cuadro encima del mueble... Seguro que podrías "calcar" este ambiente en el recibidor de tu casa.
El comedor se situó en la zona más luminosa del salón, frente a las puertas acristaladas que conducen al jardín. Todo muy blanquito (la mesa de madera y mármol, la tapicería de las silla, las lámparas), con detalles en madera y fibra que aportan calidez y naturalidad. No nos olvidemos de los arreglos florales, sencillitos, para decorar el centro de la mesa.
En la cocina, la madera oscura de los muebles contrasta con el blanco impoluto tanto de los revestimientos (unos azulejos rectangulares dispuestos de manera que las juntas no coinciden) como de la encimera. El suelo se cubrió con de lamas de madera clarita, igual que en el resto de la casa.
En el dormitorio se jugó con tonos azules y blancos para recrear una agradable atmósfera marinera y transmitir sensación de frescor a la estancia. Gracias a los muebles, en distintos acabados, el conjunto ganó en riqueza visual.
Las bañeras exentas, ya sean con patas inspiradas en los modelos clásicos o de líneas modernas como ésta, hacen de cualquier cuarto de baño un lugar especial. Será porque aún siguen siendo piezas soñadas y "aspiracionales" en la mayoría de las casas.
¿Y qué me decís de la terraza? Está en una casa de los Hamptons, el lugar donde los estadounidenses más ricos pasan sus vacaciones, pero por sus dimensiones y la sencillez de su decoración, podría ser perfectamente una terracita urbana, con sus plantas y un sofá donde sentarse a tomar el sol, echarse la siesta o simplemente desconectar.
Los Hamptons fueron originariamente pueblos balleneros del siglo XVIII, y todavía quedan varias construcciones de aquella época: casas de madera gris con techos a dos aguas blancos, el estilo tradicional de Nueva Inglaterra, como ésta, que tampoco está nada mal. Vía: Skonahem.
