Un apartamento en las nubes
En nuestro viaje a la Feria del Diseño en Kortrijk nos alojamos en un apartamento al que, desde que lo vimos, denominaríamos "la burbuja". En el bajo techo del garaje de una casa de campo se escondía el Expo Studio 12. (En la foto, esas ventanitas Velux en el tejado del primer edificio). Cada vez que entrabas, te sumergías en una cápsula blanca donde la luz rebotaba por todos los rincones y prohibía la entrada a nubes y lluvia. Aunque el día fuera gris y oscuro, al entrar dentro la sensación era de estar en un apartamento colgado en las nubes. Un espacio muy especial que hoy queremos compartir con vosotros.
Al entrar (con un escalón a modo de asiento para descalzarte) nos recibe un espacio diáfano y blanco que está dividido en tres áreas de una forma sutil: la zona de estar, delimitada por una alfombra magenta, con una pequeña cocina abierta e integrada; el baño encerrado en un cubo de cristal para aprovechar al máximo la luz que proviene de su ventana; y al fondo el dormitorio. Todo está integrado y oculto aportando orden y limpieza visual y espacial.
La cocina está realizada en DM pintado en blanco y la encimera de madera tiene una prolongación escamoteable como apoyo a la zona de trabajo. El lateral del mueble alto se utiliza a modo de pizarra informativa para dejar mensajes a los huéspedes.
El baño, funcional y luminoso, ocupa sólo los metros imprescindibles. El lavamanos comparte en cierto modo el espacio de la ducha ya que todo el pavimento es en realidad un plato de ducha integrado. Bajo la ventana se oculta un mueble para almacenaje. Las toallas quedan fuera colocadas en una repisa alta.
Todo el baño, suelo y paredes, está revestido de gresite blanco y los únicos elementos decorativos son una cenefa del mismo gresite pero en negro que enmarca el plato de ducha y la palabra plets! (que traduciríamos como salpicaduras o ¡salpica!) escrita en la pared de la ducha.
En el dormitorio, nos reciben dos camas gemelas con estructura blanca y ruedas, de Ikea. Las mesillas son dos ingeniosas baldas en forma de "L" colgadas en el cabecero. El color se introduce puntualmente, en las mesillas lacadas en naranja y los complementos textiles: dos plaids a los pies de la cama y almohadones estampados en el mismo color. El suelo continuo y blanco es una resina epoxy y las superficies verticales, tanto paredes como armarios o elementos de separación, combinan tres materiales: pladur, DM y cristal al ácido. Los radiadores, así como los armarios y las luces indirectas, se camuflan en las paredes. Nos gustó mucho el sistema de iluminación, instalado en fosas en la parte baja de la pared y que al encenderlo baña suelos y paramentos como si fuera la luz del sol que entra por las ventanas. En este plano, veréis con precisión las medidas y distribución de esta "burbuja" en las nubes.
Y como remate final, nuestro anfitrión Piet, nos esperaba todas las mañanas con el desayuno preparado y haciendo de éstas un momento de distensión e intercambio de culturas. Luego, cogíamos las bicis, y de vuelta a la feria. Kortrijk es una pequeña ciudad con actividad universitaria y cultural donde comparten un mismo espacio los edificios del Medievo y la nueva arquitectura. Os recomendamos que la visitéis. Fotos: Decoratrix.