Salón y cocina integrados

Cuando se habla de cocinas abiertas al salón, generalmente, se piensa en pisos pequeños, en los que la escasez de metros obliga a buscar soluciones que aligeren el espacio, que creen sensación de amplitud. Pero no siempre es así. Una veces es, simplemente, por razones estéticas, por la tendencia en auge de montar espacios multifuncionales, y otras, para aprovechar al máximo la luz natural. Es el caso de esta vivienda, donde tanto la arquitectura como la distribución se planificaron para facilitar el paso de este bien tan preciado. En la fachada, orientada al Sur, se abrieron ventanas de tejado, y se estudió la inclinación que debían tener para que la claridad llegará al interior. Salón: butacas Barcelona y lámpara Arco, en Muebles Recorio (San Pelayo, en Cangas de Onís. Teléfono: 985 848 338); mesa de centro, de Ikea; alfombra y cojines, de Habitzonia (Melquíades Álvarez, 20. Oviedo, Asturias. Tel.: 985 203 012) y cuadros familiares y, el de la derecha, de Ana Hortelano.

Desde el porche se accede a un espacio diáfano compartido por salón y cocina. Luego, para que los ambientes quedasen perfectamente contrastados se recurrió a distintos estilos decorativos (moderno, el salón y rústico, la cocina), diferentes revestimientos y barreras físicas. Comedor: mesa, de Ikea, y sillas de piel, en Habitzonia.

Para la cocina de obra, se escogió un pavimento cerámico que imita piedra, mientras que el suelo del salón se cubrió con un laminado de roble. Además, se levantó un murete de ladrillo que independiza parcialmente esta estancia de la zona de comedor. La vitrina es de Ikea. Para los armarios, se realizaron unas puertas de madera en el mismo color y acabado que el resto de la carpintería. Fotografías: Decoratrix.