Jabones caseros y orgánicos
Desde que descubrí el asunto de los parabenes, sólo compro jabones orgánicos. El parabén, en realidad es la terminación de una serie de productos químicos (metilparabeno, etilparabeno, propilparabeno, etc.), que se utilizan como conservantes (los famosos E214, E216 o E218). Tienen función insecticida y fungicida, y se usan para la conservación de todo tipo de alimentos desde los años 30. Por supuesto, está presente en jabones, champús, cremas, pastas de dientes, desodorantes... Parece que aún no está del todo demostrado su nocividad, pero sí han levantado gran controversia, porque se han relacionado con el cáncer de mama, especialmente en los productos que se utilizan cerca de esta zona. En fin, por si acaso y sin querer ahondar en este poco agradable tema, ya sólo uso jabones caseros. Foto de Rice.
Buscando fotos para ilustraros lo apasionantemente sensuales que son los jabones, encontré de casualidad la página de Wylde Ivy, de quien he tomado prestadas estas deliciosas fotos de jabones, que dan ganas de comer o untarse (no sé si en ese orden). Sus jabones totalmente artesanales y orgánicos (sin parabenes), a base de glicerina, esencias naturales, aceites, cremas y mantequillas, a través de una técnica en "frío", que permite hacer estas pastillas tan untuosas. ¿Sus ingredientes? Mezclas muy precisas de jazmín, te negro, té verde, bambú, bayas, coco, limón, incienso, azúcar, vainilla, lila, naranja, gardenia... y cientos de productos más.
