Hotel La Botica en Vejer
El hote La Botica de Vejer está escondido en el corazón del recinto amurallado de Vejer. Para los que no os suene a nada este nombre, se trata de un pueblo blanco y antiguo, encaramado en lo alto de un monte desde donde se divisa gran parte del litoral y de la provincia de Cádiz. Su casco urbano es un prodigio, lleno de reminiscencias árabes en su trazado y con un caserío dieciochesco muy interesante y bien conservado. Se ha ido poblando de viajeros de todo el mundo que hechizados por el carácter de su vida simple se han integrado en ella instalándose con sus estudios y talleres.
Los dueños de La Botica también sucumbieron a este particular encanto y empezaron a buscar un lugar donde ubicar un hotel que fuera refugio de viajeros que, a semejanza de las aves migratorias que cruzan el Estrecho buscando aires más propicios, visitan Vejer durante todo el año.
Lo encontraron en el edificio de la antigua Botica del pueblo y lo restauraron con mimo, conservando lo esencial de la arquitectura doméstica local pero introduciendo el confort contemporáneo: calefacción, aire acondicionado, internet, etc.
En La Botica desarrollaron su concepto de casa-hotel, logrando que uno se sienta más como invitado que como cliente, todo en esta casa es calma y comodidad.
Las habitaciones se organizan en torno a un patio que funciona como zona de estar durante el día y donde se sirve el desayuno por las mañanas. En la azotea se instaló una terraza que se utiliza como solarium y como zona de descanso y desde la que se disfrutan las soberbias vistas y el benigno clima que tiene Vejer la mayor parte del año. La decoración de las habitaciones se basa en la simplicidad y en el encanto innato de la propia casa y en las particulares vistas que atesora cada una de ellas.
Sobre una base casi tan blanca como el pueblo, se mezclan tonos azules y ocres tomados del propio paisaje en los suelos hidráulicos, en las carpinterías y en los textiles artesanales traidos de un antiguo telar de El Alentejo portugués. En todo el hotel se respira la sobriedad estética que reina en el pueblo pero ésto no le resta un ápice a su encanto.
En las zonas comunes, se recuperaron los elementos constructivos originales de la casa como un antiguo aljibe, las pequeñas escaleras y pasillos abovedados, los pavimentos de losa de Tarifa o de loseta hidráulica, las rejas y la carpintería pintada en un azul grisáceo muy común en la zona. La Botica de Vejer es un alojamiento ideal para los amantes del Turismo de Naturaleza y en especial el ornitológico.
La misma terraza del hotel es un excelente punto de observación de aves: desde ella puede contemplarse la antigua laguna de La Janda, ahora desecada y en su día la mayor de la Península Ibérica y las numerosas aves que pasan y anidan cerca del mismo hotel. Durante todo el año, y en especial durante las épocas de migración, el hotel ofrece paquetes especiales que incluyen excursiones ornitológicas. Fotos: Decoratrix.
