Las cabinas telefónicas rojas británicas están a la venta
Tan emblemáticas como los taxis negros (cabs) o los autobuses de dos pisos, las famosas red phone box, que llevan más de setenta años en las calles de las ciudades y poblaciones del Reino Unido, corren peligro de extinción. Amenazadas por el uso generalizado del teléfono móvil, las nuevas tecnologías y el wifi, estas cabinas podrían tener los días contados, aunque un curioso plan ideado por la compañía Britih Telecom (BT) podría ser su salvación.
Supongo que aprovechando el tirón de la moda british que arrasa esta temporada con motivo de la Olimpiada y del Jubileo de Diamante de la reina británica, en lugar de tirarlas o destruirlas la BT está dispuesta a venderlas a todo aquél que quiera comprarlas. En principio la BT venderá 60 cabinas telefónicas originales de hierro fundido del modelo K6, renovadas a un alto nivel y terminado en sus colores originales rojo y negro a un precio de 1.950 £, unos 2.400 € al cambio.
Las diseñó en 1936 el arquitecto Giles Gilbert Scott para la conmemoración del 25 aniversario de la coronación del rey Jorge V y aunque a él no le gustaba el color rojo, al público le encantó (el hombre murió quejándose de que el color era "espantoso"). Estas cabinas, pintadas en rojo bermellón para facilitar su localización, eran unas casetas férreas dotadas de un avanzado sistema de ventilación, con tres paredes formadas por paneles de vidrio y una corona real situada sobre la palabara Telephone en la parte superior. Ahora esa imagen, infinitamente reproducida a lo largo de los años en llaveros, pegatinas, imanes, vinilos para la nevera o como mueble para guardar CD, podemos tenerla en el salón de casa (quien que tenga sitio, claro) o plantarla en medio del jardín como un gran puesto de flores.
Si alguna vez pensaste que te gustaría poder llevarte a casa una de las tradicionales cabinas telefónicas británicas de color rojo, esta es tu oportunidad. Pero no pierdas tiempo, ya que será la última oportunidad de comprar una de estas cabinas originales, muy demandadas por los coleccionistas. Es la primera vez desde 1980 que la empresa BT, privatizada en esos años, se desprende de cabinas de este tipo. Precisamente por esa época el cantante galés Tom Jones tuvo la oportunidad de comprar la de su calle y llevársela en barco a su mansión de los Ángeles (EE UU).
