Botas de agua como macetas

Las botas de agua de los niños son un producto irremediablemente perecedero. ¿Qué harán con ellas que no resisten más que una temporada? Lo normal es que acaben en la basura y comprándoles unas nuevas. Este año ¡no las tires! que las vamos a usar de jardineras. Bueno, eso es lo que ha hecho Rosina (Rosy-Posy) con las botas de sus tres hijos. Ella las ha colgado de la valla de su jardín con este resultado tan colorista y simpático, pero si tú careces de jardín, puedes ponerlas en el alféizar de las ventanas, en la terraza o en el balcón.

Puede ser una actividad, mejor dicho dos actividades estupendas para hacer con niños: jardinería y reciclado.

Pídeles que elijan la botas que ya no se van a poner (cuando ellos dicen que no las quieren, no las quieren, no te empeñes en lo contrario) y a trabajar. El proceso es el mismo que utilizamos cuando plantamos flores en una maceta normal. Lo único que hay que hacer es llenar bien de tierra toda la bota, sobre todo la punta, y recuerda realizar algunos agujeritos en las suelas para que drene bien el agua de riego.

Lo de elegir botas de niños y de caña baja es porque son más fáciles de manipular y llenar de tierra, pero si tú también vas a cambiar de botas, puedes utilizarlas para colocar buqués de flores y decorar con ellos algunos rincones de tu casa.

Me encanta esta composición familiar de botas llenas de flores. Una de papá, una de mamá y las dos parejas infantiles. Un consejo: si las vas a poner dentro de casa, yo pondría debajo algún elemento empapador porque, de lo contrario, este invento te puede arruinar el suelo en poco tiempo, en especial si es parqué. Fotos: Rosy-Posy.