Apartamento íntimo y acogedor
Cuando el propietario de este apartamento, un ingeniero apasionado por la decoración, confió la reforma de su vivienda a un par de arquitectos sabía que éstos la convertirian en la casa de sus sueños. Karin Léopold y François Fauconnet, los arquitectos, se fijaron como principal objetivo adaptar tanto los 167 m² de superficie como la decoración a los gustos y estilo de vida de su cliente. El apartamento se distribuye en dos dormitorios, la cocina con comedor y un cuarto de baño. En cuanto a la estética, con la mezcla de tonos blancos, grises y negros, maderas, molduras de escayola y piezas clásicas del diseño, se logró recrear una atmósfera serena y elegante, ambientes acogedores y familiares.
Cocina y comedor comparten espacio. La primera, proyectada por los arquitectos, combina muebles de acero con una encimera de granito negro. El comedor, estéticamente de lo más sencillo, está presidido por una gran mesa de madera maciza de nogal, de la firma italiana Riva, acompañada de seis sillas de Charles & Ray Eames, Vitra, y un par de lámparas de techo Caravaggio, diseñadas por Cecilie Manz. La chimenea del siglo XVIII restaurada, con embocadura de mármol negro, da un aire majestuoso y elegante a la estancia.
Los arquitectos Karin Léopold y François Fauconnet se encargaron de que la falta de zonas de almacén no fuera un problema en esta vivienda. Así, en la cocina, se diseñó un gran frente de armarios, de suelo a techo, que, además, acogen parte de los electrodomésticos.
El salón es un espacio multifuncional que se utiliza tanto de zona de estar como de trabajo. El objetivo era crear un ambiente donde el dueño de la casa pudiera relajarse y trabajar tranquilamente. Al fondo, la mecedora Luis JJ, de Antonio Citterio, se acompañó de las mesitas nido Mixit, de Desalto. En primer término, el sillón Diz, de Sergio Rodrigues. En el dormitorio se consiguió un ambiente limpio, sencillo y acogedor con muebles de la firma Molteni. Las lámparas de pie que flanquean la cama son el modelo AJ, de Arne Jacobsen, que produce Louis Poulsen.
El pasillo se convirtió en una improvisada galería de arte: una balda en la que se apoyan varios cuadros recorre el espacio. En el baño, el color negro de las paredes se combinó con piedra Inca en las paredes y en el zócalo de la bañera; una mezcla que dio como resultado un ambiente elegante con un moderno puntito de sofisticación, el mismo que marca la decoración de la vivienda. Fotografías: Marie Claire Maison.
