Una guardería para gatos en adopción
Hola amigos gatunos: vais a flipar con esta guardería para gatos abandonados que hay en Nueva York y que se llama Animal Heaven, pues junto a la gatería hay una perrera, también para que los perros puedan ser adoptados. Como la mayoría de estas asociaciones o pequeñas empresas, el presupuesto era escaso, así que acudieron a la reconocida estilista y decoradora, Emily Henderson, también muy gatuna, que contó con la ayuda de la interiorista Isabella Patrick. La historia es muy bonita y Emily la explica con todo detalle en su blog. Aquí os hacemos un resumen.
Si veis las fotos de cómo estaba la guardería en su estado original, comprenderéis que era urgentísimo meterle mano. Emily pensó que un ambiente tan poco agradable, no era muy estimulante para los posibles interesados en adoptar, quienes necesitan tiempo y dedicación para escoger a su mascota; así que lo primero que pensó fue cómo darle luz y alegría a este espacio.
La cocina, en realidad, no funciona como tal, sino para lavar los utensilios de los gatos, guardar los artículos de aseo y almacenar todo lo necesario para su cuidado. Se eligieron muebles de Ikea, que ellos mismos montaron, y el papel de la pared, con figuras de gatos, por supuesto, es de la colección ShadowCats de Aimée Wilder.
Para su transformación, empezaron por el techo, que pintaron de blanco y sustituyeron las lámparas industriales por globos de vidrio blanco, que daban mayor luminosidad. La puerta del fondo, que comunica con la perrera, se sustituyó por otra que se pintó con rayas transversales en blanco y azul, lo que crea mayor dinamismo. En el centro, una mesa blanca con sillas metálicas naranjas aportan un punto de color y alegría al ambiente.
Las paredes de ladrillo originales se mantuvieron, así como el suelo, pero las antiguas jaulas negras de los gatos, se cambiaron por otras blancas. El árbol de madera reciclada y el letrero de Meow (miau en inglés) que hay sobre la cocina son obras de la artista y escaparatista Katherin Godwin.
El centro de la estancia está presidido por una jaula de la altura de una persona, donde el futuro adoptante se puede "encerrar" con su mascota para jugar, cuidar y mimar, y así van cogiendo confianza entre ellos. Desde luego, se trata de una reforma donde todos ganan, en especial, los animales, que viven en un entorno más apto, sano y alegre, y que favorece la adopción.