Una casa rehabilitada en la sierra de Madrid (1)
Esta casa en la sierra de Madrid que os mostramos hoy es un pequeño chalet adosado cuya construcción data de los años 50 y cuya propietaria, tras haber sido su casa familiar de vacaciones durante muchos años, decidió rehabilitar y convertir en un cómodo refugio para escapar de la gran ciudad si perder ninguna de sus comodidades. Se tiraron todos los tabiques aunque se respetó la estructura original a base de pilares, vigas de madera y tirantes de hierro y se bajó el nivel del suelo para poder obtener un segundo piso y crear arriba el dormitorio principal y el baño. La planta baja se concibió como un espacio único donde se ubica la zona de estar y la zona de chimenea y por expreso deseo de la dueña, se conservaron al aire sus muros de piedra lo que le da un aire rústico inconfundible.
Sin embargo, esta aparente "dureza" está compensada con el tratamiento del resto de los materiales y con una decoración moderna y ligera donde se utilizó básicamente la paleta de blanco, negro y gris con toques de rojo y anaranjado. El pavimento es una losa cerámica de Porcelanosa con acabado madera de un tono grisáceo que engancha bien y unifica con la piedra de las paredes.
El mobiliario básico procede de Ikea: el sofá con chaise-longue, la mesita blanca auxiliar, la alfombra blanca con textura, el sillón de piel blanca con base giratoria de acero. Todo un acierto la lámpara de pie Regolit y su potente silueta en forma de arco que rompe la composición ordenada de la zona de estar.
En una esquina del salón, se ubicó esta coqueta zona de trabajo con una mesa moderna con sobre de cristal y un sillón de escritorio, también procedente de Ikea, que tiene también este aire romántico y antiguo. Sobre la mesa, una litografía colorista para romper la excesiva sobriedad de la pared de piedra.
La zona de chimenea está elevada y en ella se conservó el pavimento original de piedra. Otro material que cobra ahora importancia es la madera de pino tratada en su color natural. Con ella se revistieron las vigas y se construyeron los peldaños de esta escalera tan ligera a base de perfiles de forja y que parece estar flotando en el aire. Para no interrumpir esta sensación de "escalera aérea", el barandal se ha sustituido por unos tensores a base de cuerda rústica de cáñamo. Un detalle que nos gustó mucho fue el pequeño mueble archivador vintage colocado a la puerta del dormitorio y que se utiliza como cajonera para almacenaje pequeño.
En el dormitorio, todo es más cálido. Tanto el pavimento como los tabiques que lo separan de un pequeño baño son de madera de pinto tratada en color natural y el reducido mobiliario se eligió en blanco o en fibras naturales en color claro. Bajo la pendiente del tejado y para aprovechar el espacio ya que no cabían armarios, se colocó una pequeña estantería blanca con ruedas y el banquito a los pies de la cama es un pequeño baúl también para almacenar ropa de cama, mantas, etc.
La cama se vistió con sábanas y funda nórdica de algodón blanco y para dar un poco de calidez se escogió el color naranja como complementario, eligiendo un plaid y un pequeño baúl lacado de este color. En el baño, de dimensiones reducidas, se colocó un lavabo tipo tina de piedra sobre una encimera volada.
Cualquier lugar de almacenaje se consideró válido en este dormitorio, como esta pequeña hornacina ganada a la pendiente de la cubierta, que se utiliza para colocar todo tipo de objetos decorativos y de almacenaje. Fotos y estilismo: Decoratrix.