Un recibidor a rayas

Podría ser un papel pintado... pero no lo es. Con la técnica más simple a la que se puede recurrir, la pintura, se decoró con gracia la pared de este recibidor. Un espacio diferente en el que el motivo decorativo predominante es, precisamente, la pared y no le hace falta mucho más. Combinada con el cuadro y una leve balda con una composición de cajitas y un par de macetas, compone un rincón de lo más coqueto. Los pasos a seguir son sencillos:

Pintura plástica mate de Valentine. Balda Järpen de roble 110 x 28 cm (11,95 €) con soportes Bjärnum (12 €/ 2) y marco con lámina, todo de Ikea. Cajas de hueso de Becara. Fotografía: Decoratrix.