Suite refinada y femenina, de aire romántico

Uno de los espacios que causó mayor sensación en la última edición de Casa Decor Madrid fue el proyectado por las hermanas Carrillo, de las tiendas de Carrillo en Madrid. Una propuesta que nos transportaba a la suite imaginaria de una gran diva de los años 50 del siglo pasado. Quizás fuese Edith Piaf quien inspirara su decoración, ya que el espacio se llamó La Vie en Rose.

Todo el espacio rezumaba sofisticación femenina, con cierto aire nostálgico y algunas reminiscencias coloniales, como el techo de varillas de madera y el bambú que flanqueaba la magnífica cama tapizada en lino de algodón, con cabecero capitoné. La mayoría del mobiliario procede de Colección Alexandra.

La combinación de textiles, suaves, mullidos y delicados, acentuaban el carácter indiscutiblemente femenino de la decoración de la cama, que presidía el espacio principal. El amplio cabecero ocupaba casi tres metros del frente, ya que también enmarcaba la zona de las mesillas, a ambos lados, con un original diseño curvado.

La habitación, de grandes dimensiones, se dividió en tres espacios: zona de descanso, galería-tocador al fondo y zona de vestidor. El rosa chicle, o color madreselva (que ha sido declarado "color del año" según Pantone), es protagonista absoluto de la decoración, sabiamente combinado con el negro, un duo muy de estilo Chanel, y complementado por el elegante gris perla de la moqueta.

Os aseguro que la mayoría de las mujeres que pasamos por este espacio nos detuvimos en este rincón para examinar con detenimiento cada detalle del tocador. Nos sentamos en la butaca, abrimos los cajones, nos miramos al espejo... mientras suspirábamos: "Yo quiero tener un tocador así". Un espacio lleno de delicadeza, con cierto aire deco, que dejaba a la vista accesorios, joyas, perfumes, maquillajes... ¡Una gozada!

Detalle del techo de la galería, con paredes empapeladas con un modelo de Coordonné y el techo "sembrado" de pomos de cerámica blanca en forma de rosa, que sumaba un detalle divertido al espacio.

Otro detalle de la zona del tocador: el lavabo se instaló sobre un mueble que imita los baúles antiguos, y a su lado, otro mueble contenedor similar, para los utensilios de baño. En la pared, papel pintado en dos tonos de grises, de Coordonée, con estampados geométricos.

Dos detalles de esta zona: estructura de aluminio mate, donde se colocó el espejo, y las cajas organizadoras del mueble contenedor, con artículos de higiene.

Aún no repuestas del todo de nuestro paso por la zona del tocador, entrábamos al vestidor, donde definitivamente caíamos rendidas antes este espectacular espacio, que tocaba nuestra fibra más sensible. A la izquierda, todo un frente de armarios, de la firma Carré, con puertas de DM laqueadas en alto brillo y largos tiradores de madera; y a la derecha, tres módulos-estanterías de doble cara, que se desplazaban gracias a un riel en el suelo y techo, de forma que los tres módulos juntos cerraban este ambiente y lo separaban de la zona de descanso. Pero, además (y esto era lo mejor), los módulos no sólo se desplazaban en horizontal, sino que también rotaban sobre su eje, de forma que todo el contenido de los módulos estaban a mano desde el vestidor y la zona de descanso. Antes de salir de este espacio, hubo que hacer otra fuerte inhalación-exhalación para asumir un sueño aún por materializar. Fotos: Decoratrix.