Siéntate en el sillón de Emmanuelle
Sylvia Kristel no sólo fue un mito erótico de los 70, también convirtió en un icono el famoso sillón de mimbre con gran respaldo desde el que posaba insinuante... Así que desde entonces este sillón quedó bautizado con el nombre de la protagonista de la película: la silla Emmanuelle. Alguna que otra vez en mi vida de estilista me han preguntado dónde conseguir este sillón y no he sabido encontrarlo. Pero mira por dónde, la tienda francesa Maison du Monde nos lo pone al alcance de la mano. Estos franceses, siempre tan atentos...
Este magnífico sillón tiene su origen en las colonias francesas del Pacífico Sur. Su estructura está realizada en un finísimo trabajo de filigrana de varas de ratán, aunque también se puede conseguir de mimbre. Cuesta 280 euros, un precio de lo más competitivo, ya que estas sillas originales alcanzan en el mercado de segunda mano hasta 1.000 euros.
Emmanuelle fue la segunda película (1974) de una saga de hasta treinta emmanuelles, que jamás tuvieron la transcendencia ni devoción que causó esta versión, vista por más de 300 millones de curiosos espectadores. La clave no estuvo en su cuestionable valor cinematográfico, sino en la presencia de una jovencísima actriz holandesa de belleza aniñada, Sylvia Kristel, que se introducía en un inexplorado mundo erótico, inusitadamente explícito en los cines de la época, incluso, en la actual. El escándalo de su atrevimiento y sus fuertes escenas de sexo (que no detallaremos aquí) la han convertido en una película de culto. Y la imagen de la bella Emmanuelle, sentada en el gran sillón de mimbre relamiendo las perlas, ha sido considerado un icono del cine del siglo XX, como recientemente apuntaba Peter Philips, director creativo de Chanel y bloguero de la revista Vogue, que algo sabrá del tema.