Resto bar Le Cocó, en el variopinto barrio de Chueca de Madrid
El resto bar Le Cocó es un nuevo local que llega al barrio de Chueca con la intención de quedarse mucho tiempo. La verdad es que su carta de presentación resulta bastante atractiva: cocina mediterránea, horario ininterrumpido, decoración cálida y precios ajustados. De la mano del empresario Esteban Arnáiz, responsable de otros locales de éxito en la capital como Cien Llaves o, más recientemente, Bon Vivant & Co, Le Cocó es un sitio perfecto para desayunar a la luz de sus grandes ventanales, pasar una tarde con amigos tomando un café con exquisitas tartas o tomar unas copas por la noche, en un entorno cálido, amigable y asequible.
El estudio de arquitectura de Marta Banús firma la decoración de este coqueto local donde se combinan a partes iguales elementos vintage e industriales. Durante el día, el local cuanta con una luz fantástica procedente de los amplios ventanales de la calle, que imprimen vitalidad y calidez al espacio presidido por una gran barra de madera, material que domina buena parte del espacio, y varias mesas para grupos, con sillas vintage, junto a los ya tradicionales bancos corridos con multitud de cojines.
En Le Cocó destacan las paredes blancas encaladas, las mesas comunales de madera y muchas plantas naturales salpicadas por todo el espacio. Las sillas Tolix, en diferentes colores, tienen un protagonismo especial.
La iluminación juega un papel esencial a la hora de conseguir el aire "industrial" y retro que se respira en este local. Se ha conseguido mediante una cuidada mezcla de focos de latón, lámparas con largos cables a la vista y lámparas que proyectan sombras sobre las paredes.
Otro de los atractivos de este singular espacio es la planta baja. En ella se encuentra un segundo salón con techos abovedados en ladrillo pintado de blanco y multitud de detalles decorativos curiosos, como unas lecheras pintadas de blanco o algunas lámparas de aire retro, un espacio muy recomendable para reuniones privadas y celebraciones de eventos. En lo que se refiere a la cocina, el chef Óscar Petracca firma una carta ágil, divertida, sencilla y muy mediterránea, con toques del mundo, ideal para compartir. Por su parte, Esteban Arnáiz ha aprovechado su experiencia como sumiller para crear una bodega con representación de todas las denominaciones españolas y una inmejorable relación calidad-precio.