Reforma integral de un ático en Barcelona
El arquitecto Abel Pérez Gabucio, del estudio Àbag, diseñó este ático de 220 metros en una de las calles más exclusivas y emblemáticas del ensanche barcelonés, el Paseo de Gracia.
“Encontramos un apartamento maltratado y descuidado en un enclave inmejorable que conservaba molduras y trazos históricos desde su construcción a finales del siglo XIX con marcas de alguna intervención posterior en los 70 que restaba al estado original. Balcones tapiados con ventanucos, pasillos estrechos con papel descolgado y un pavimento hidráulico maltrecho de segunda generación en casi todo el piso. Había un sentimiento de postguerra en todos los espacios, un espacio desdichado con mucho encanto, casi indiferente a sus casi 110 años”.
El objetivo de la reforma fue aunar el encanto de las singularidades históricas de la casa con el estilo moderno y contemporáneo de la decoración. Y se logró.
La zona de estar del salón
Siguiendo los deseos del propietarios, el equipo de Àbag diseñó un salón, en el que las zonas de estar y comedor comparten espacio con la cocina. Como muestra la fotografía, la parte más luminosa, junto a las puertas acristaladas que dan al Paseo de Gracia, se reservó para ubicar la zona de estar, con dos sofás iguales enfrentados y un par de butacas rojas.
“Para el salón-cocina mi cliente quería un espacio único, abierto, lleno de luz pero a la vez cálido y acogedor, para ello recuperamos algunas piezas del pavimento hidráulico original como base para la isla de la cocina: un trabajo extremadamente minucioso”, comenta Pérez Gabucio.
Librería lacada en gris
Toda la carpintería, diseñada por Abel Pérez Gabucio, se realizó a medida. Uno de esos trabajos es la librería del salón, un diseño de líneas rectas y limpias, acabado en roble lacado en gris topo.
“Mi cliente quería que todo fuera muy funcional, así que eliminamos los tiradores estándar y diseñamos unos que se repiten en puertas y armarios cambiando de acabado entre nogal macizo y roble.”
El comedor
En el comedor se recreó un estilo contemporáneo donde los muebles de madera oscura se combinaron con tapicerías crudas que eligeran el conjunto. La pared se decoró con un cartel del estreno de la película "Tintin y el Lago de los Tiburones, comprado a un coleccionista en París.
“El arte está presente en todo el proyecto, casi siempre a través de su pintor fetiche John Olsen, mi descubrimiento en este proyecto, me encanta, juntos escogimos cada pieza para cada estancia.”
Cocina en dos frentes
La cocina está inspirada en un mostrador pastelero de la época, con boiseries en nogal macizo y mármol. Se trata de un diseño abierto, pero delimitado de la zona de comedor a través de una barra, que permite pasar un rato charlando con los invitados; sin duda, uno de los must del proyecto.
Distribuidor bien aprovechado
La vivienda cuenta con un maravilloso pasillo de acceso a las habitaciones. Sus generosas dimensiones permitieron decorarlo con varias piezas de mobiliario dispuestas en línea: desde unos taburetes y par de butaquitas hasta un aparador o un espejo de cuerpo entero. En las paredes se colocaron distintas composiciones de cuadro que llenan el ambiente de personalidad y desprenden dinamismo.
Dormitorio principal
En la zona de noche se ubicaron dos dormitorios en suite. “Para acceder a los dormitorios decidimos romper con un escalón en tarima color negro, contraste como frontera entre día y noche para seguir en los dormitorios con una moqueta de lana con un toque inglés que descaradamente suma”, destaca el interiorista.
Esta estancia, igual que en el resto de la vivienda, se vistió con tejidos de máxima pureza: lino, algodón y seda combinados en cortinas tapicerías y ropa blanca.
Rincón tropical
Ambos dormitorios tienen acceso a una pequeña terraza que se integró al interior de la vivienda. El suelo se revistió con hexágonos de cerámica artesanales en blanco y negro, y las paredes se cubrieron con un papel selvático hecho a mano por una artista lituana.
“El recurso selvático es algo recurrente, pero conseguimos tener algo muy especial que ha encajado a la perfección y ha convertido una zona íntima de la casa en el centro de reunión, unos sillones en ratán guiño a nuestra primera reunión, son el mismo modelo donde estuvimos sentados”, comenta el interiorista, “y mesas con estructura de hierro crudo y mármol verde alpino y rojo alicante”.
Baño elegante y sofisticado
Arriba vemos uno de los dos cuartos de baño de la vivienda, donde se aprecian líneas puras y mármol, mucho mármol, seleccionando pieza a pieza para dar continuidad a las vetas.
El resultado de este reforma integral es una vivienda luminosa, cálida y atemporal, un lugar acogedor y funcional, que se ajusta perfectamente a las necesidades y estilo de vida de su propietario.