Sofás negros: elegantes y sufridos

Los vemos poco en las revistas de decoración, pero en las casas reales los hay a montones: son los sofás negros, elegantes, estilosos, sufridos y... oscuros. Es la leyenda negra de los sofás negros: que quitan luminosidad, que llenan demasiado el espacio, que entristecen la decoración... Nada de eso, es cuestión, como en todo, de saber combinar, matizar y aligerar. Os traemos tres excelentes ejemplos para demostrarlo. Arriba: Una sala de estar con paredes y carpintería blanca (un punto a su favor); suelo de madera claro (otro punto, porque negro sobre negro se mata); y el color verde pistacho animando la escena. La alfombra multicolor, que casi se camufla con el suelo, también ayuda a integrar todo el conjunto. Un acierto total. El mobiliario es de Ikea.

Para ir a lo seguro, nuestra segunda propuesta: negro sobre blanco. Así no te complicas la vida y sabes que el resultado será espectacular y sofisticado. Eso sí, un toque de color nunca le sobra. Este sofá, de Bo Concept, lleva un reposapiés opcional para convertirlo en L.

Finalmente, la tercera opción, un trío que nunca falla: negro, blanco y rojo. Con el blanco se aligera y con el color rojo se anima. Los sofás, de Ikea, son desenfundables; así que si te cansas de este look, puedes cambiar una temporada a la suavidad de las fundas beige. En definitiva, el negro, lejos de ser un color difícil, acoge una variedad amplísima de las gamas cromáticas. Atrévete, black is black. Fotos: Decoratrix.